El resultado del referendo no supone «un problema grave» al Partido Nacionalista Escocés, de Alex Salmond. «Hay siempre otra vía, un plan B, el de incrementar gradualmente las competencias del Parlamento escocés, empezando por la oferta de los unionistas. El SNP ha logrado casi la mitad de los votos, ha doblado el número de socios en la última semana y tiene buenas perspectivas para ganar las próximas elecciones en Escocia», afirma el profesor Keating.
-¿Y los laboristas?
-Les afecta de forma más grave. Parte de sus votantes tradicionales han apoyado la independencia, que ha ganado en feudos del laborismo, como Glasgow o Dundee. No cuentan con una respuesta adecuada a la reivindicación de autonomía. Para ganar las elecciones de mayo necesitan apoyos en Inglaterra, por lo que no pueden ser muy favorables a los intereses soberanistas. Es un equilibrio complicado.
-¿Qué impacto ha tenido el laborista Gordon Brown?
-No estoy convencido de que su última intervención tuviera gran impacto, era demasiado tarde. Sí unificó a los partidos unionistas en un momento de pánico. Pero introdujo elementos de confusión. Por otra parte, no es ministro, ni miembro del Gobierno, ni líder de su partido. Es un político jubilado que nunca está en el Parlamento.
-¿Cómo analiza la situación de Cataluña desde su perspectiva?
-Los escoceses hemos tenido un proceso pactado por nuestro Gobierno y el del Reino Unido. Todo el mundo lo aceptó. En Cataluña no hay un acuerdo sobre el proceso y todos hablan de cuestiones jurídicas e identitarias. La votación escocesa es un precedente político.