Ocho de cada diez franceses no quieren que Hollande opte a un segundo mandato

redacción / LA VOZ

INTERNACIONAL

Manuel Valls afirma que la extrema derecha «está a las puertas del poder»

08 sep 2014 . Actualizado a las 06:00 h.

Ocho de cada diez franceses no quieren que el presidente François Hollande se presente en el año 2017 para un nuevo y segundo mandato, según un sondeo difundido ayer por el semanario Le Journal du Dimanche. La caída en picado de la popularidad de Hollande, acelerada la semana pasada con la publicación del libro en el que su ex pareja revela comentarios del mandatario que lo obligaron a dar explicaciones públicas, sufre ahora un nuevo revés de mano de sus propios seguidores: el 65 % de los simpatizantes socialistas no quieron verlo otros cinco años en el Palacio del Elíseo, y ese porcentaje sube hasta el 71 % entre los que lo votaron en la primera ronda de los comicios del 2012.

El golpe de Le Pen

La popularidad de Hollande, que se encuentra en mínimos históricos, ha llegado a cuestionar que pueda permanecer en el poder, algo que él no se plantea. Ayer el primer ministro, Manuel Valls, alertó de que la extrema derecha está a «las puertas del poder» en Francia y su victoria representaría «un terrible golpe, quizás fatal, para Europa». La reacción de Valls llega después de que un sondeo de Ifop publicado el viernes por el diario conservador Le Figaro situara a la presidenta del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, en cabeza en las elecciones presidenciales del 2017.

Le Pen, que ganaría la segunda vuelta con un 54% de votos si su rival fuera el actual presidente francés, pidió ayer la disolución de la Asamblea Nacional para «darles la palabra a los franceses» y subrayó que se siente preparada para gobernar el país al opinar que el ascenso del «movimiento patriótico», según los sondeos, es irreversible.

La política mantuvo el habitual tono crítico e irónico de sus discursos en la clausura de la universidad de verano de las juventudes del FN y arremetió contra la política del presidente francés, François Hollande.

«Disolver la Asamblea sería la primera decisión responsable de Hollande desde mayo de 2012», afirmó en la localidad de Fréjus, en el suroeste de Francia, e insistió en que el estado del país es «catastrófico» y subrayó que son los franceses, y no los inquilinos del Elíseo, quienes sufren las consecuencias.

Le Pen llegó a esta cita aupada por los buenos resultados de las últimas encuestas, que avanzan que, en caso de que hubiera elecciones anticipadas, superaría a todos los potenciales candidatos de izquierda y derecha en la primera vuelta y lo haría también en la segunda si el oponente fuera Hollande.