El conflicto sirio deja de ser una prioridad para el mundo pese a que ya suma más de 191.000 muertos

EFE

INTERNACIONAL

Las consecuencias de la guerra civil de este país han traspasado sus fronteras llegando hasta el norte de Irak

22 ago 2014 . Actualizado a las 17:53 h.

La guerra civil que continúa en Siria ha quedado apartada en la lista de preocupaciones del mundo, y en especial de las grandes potencias, a pesar de sus más de 191.000 muertos y de que sus consecuencias han traspasado sus fronteras y llegado al norte de Irak.

La ONU hizo público este viernes su tercer informe sobre el costo humano del conflicto sirio, basado en un minucioso análisis estadístico, que dio como resultado que 191.369 personas han muerto entre marzo del 2011 y fines del pasado abril.

La base de datos, que identifica una a una a las víctimas, no incluye por tanto a los muertos de los últimos meses, pero el ritmo sostenido de violencia hace creer que siguen siendo entre 5.000 y 6.000 por mes.

La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, cuya oficina encargó el análisis, recordó este viernes que el sufrimiento en Siria se extiende a las familias de los muertos y de los desaparecidos, a los heridos y a los desplazados, a pesar de lo cual el interés del mundo por su situación ha caído.

Consideró que permitir que esta situación se prolongue tanto -y sin perspectivas de fin- ha llevado a que sus consecuencias recaigan en cientos de miles de personas no solo dentro de Siria, sino también en el norte de Irak y en el Líbano.

«Los asesinos, los destructores y torturadores en Siria y en Irak han sido alentados y enardecidos por la parálisis internacional», denunció.

Grupos islámicos extremistas como Al Nusra y el Estado Islámico se hicieron visibles en la guerra interna de Siria, donde no solo han combatido a las fuerzas del régimen, sino a otros grupos rebeldes que no comparten su ideología, a pesar de que en principio luchan por la misma causa.

Los milicianos del Estado Islámico ahora controlan la provincia de Al Raqa y la zona que se extiende desde allí hasta el norte de Irak, donde en los últimos meses derrotaron a las Fuerzas Armadas iraquíes y consiguieron igualmente dominar importantes áreas de este país.

El informe también indica con certeza que, del total de muertos, al menos 8.803 eran niños y que 2.165 tenían menos de diez años.

Las cifras citadas probablemente esconden una realidad peor, pero que no ha podido ser verificada según la metodología que se decidió seguir para que a nadie le quedara duda de su fiabilidad.

Se cree que el número total de asesinados que recoge el informe subestima la cantidad de personas muertas y ello debido a que faltaba algún elemento de verificación o al hecho de que muchas muertes nunca fueron documentadas por ninguna de las cinco fuentes utilizadas.

«El número total puede considerarse como el mínimo de los asesinatos», puntualizan los autores.

El 85 % de los muertos eran hombres, pero el análisis no ha conseguido distinguir entre los que eran combatientes y civiles inocentes, ni atribuir los asesinatos a una u otra parte del conflicto.

En anteriores informes sobre derechos humanos en Siria, la ONU ha señalado claramente como el mayor responsable de los crímenes al régimen de Bachar al Asad, sin negar que los grupos alzados en armas contra él también han cometido graves exacciones.

«No era posible establecer la responsabilidad de forma individual», explicó al respecto el portavoz de Pillay, Rupert Colville.

Luego de un año sin haber actualizado sus estadísticas sobre las muertes por el conflicto en Siria, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU planea en adelante dar esta información cada trimestre.

La compilación y verificación de estos datos puede ayudar a que algún día los responsables de los crímenes más graves sean juzgados por la Justicia internacional.

Pillay custodia varias listas de presuntos responsables de crímenes contra la humanidad en Siria, que están en sobres cerrados que le fueron entregados por la comisión investigadora creada por la ONU para este país, con el fin de que algún día sirvan como evidencias en un juicio.

La responsable de Derechos Humanos en la ONU reiteró hoy que el Consejo de Seguridad de esta organización ha fallado en los esfuerzos por elevar el caso de Siria a la Corte Penal Internacional, «que es a la que pertenece».