Boda entre un musulmán y una judía conversa: «El amor es más fuerte que todo»

daphne rousseau RISHON LEZION / AFP

INTERNACIONAL

Manifestantes de extrema derecha israelíes se concentraron con pancartas para protestar contra la celebración del matrimonio

19 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Mahmud y Morel no podían haber imaginado que el que debía ser el día más feliz de sus vidas estaría empañado por manifestantes de extrema derecha israelíes que se oponen a este matrimonio entre un musulmán y una judía conversa.

Cientos de manifestantes respondieron el domingo al llamamiento de la organización ultraderechista Lehava (La Llama), que milita contra la asimilación (las bodas de judíos con personas no judías). Vestidos con camisetas con consignas racistas, los manifestantes pasaron la noche jugando al gato y al ratón con la policía, intentando acercarse a los invitados para insultarlos. E intercambiando improperios con simpatizantes anónimos de los novios que ondeaban pancartas que proclamaban: «El amor es más fuerte que todo» o «Judíos y musulmanes se niegan a ser enemigos». «Muerte a los árabes» o «Nunca tendrán a mi hermana», respondían los ultraderechistas israelíes.

Los Romeo y Julieta, él empresario de 26 años, ella profesora de 23, se conocieron hace cinco años. Morel Malcha, judía, se convirtió al islam. Ella y Mahmud Mansur sabían que su unión tendría consecuencias en las relaciones familiares, pero no imaginaron que reflejaría las tensiones del país, exacerbadas por la guerra en Gaza.

La situación se les fue de las manos tras publicar su invitación de boda en Facebook. Lehava llamó a manifestarse frente al salón de festejos. «Nada nos afectará, será una boda hermosa», decía el novio sonriente antes de la ceremonia. Cuatro horas antes, en el apartamento de la familia Mansur en Jaffa, un barrio popular de Tel Aviv conocido por la coexistencia pacífica entre judíos y árabes israelíes, la familia decoraba el salón.

«Nada que celebrar»

El padre de la novia no asistirá a la boda de su hija «con un árabe».

El novio pasó parte del domingo en los juzgados de Rishon LeZion para que se prohibiera la manifestación.

El caso llegó a oídos del presidente israelí, Reuven Rivlin, quien temía que con esta manifestación se cruce «una línea roja». La ministra de Justicia, Tzipi Livni, se declaró «avergonzada» por la protesta que «siembra el odio». «Es una boda, pero no hay nada que celebrar ya que la asimilación es una calamidad», declaraba el portavoz de Lehava, Bentzi Gopstein.