Kiev ataca el centro de Donetsk y dimite el comandante de los prorrusos

Redacción / La Voz

INTERNACIONAL

Putin dice en Crimea que no quiere aislar a Rusia, pero que debe defenderse

15 ago 2014 . Actualizado a las 14:02 h.

El lento pero firme avance del Ejército ucraniano sobre las principales ciudades rebeldes lo pudieron sentir ayer los habitantes de Donetsk, que durante el día de ayer escucharon por primera vez explosiones en el centro. El comandante en jefe de los insurgentes de la región, el ruso Ígor Girkin Strelkov, dimitió para, según el primer ministro, Alexandr Zajarchenko, pasar a desempeñar otras funciones. Esta dimisión se suma a la reciente de Alexandr Borodái, el anterior primer ministro. Strelkov era coronel de los servicios secretos rusos antes de unirse a la rebelión en Slaviansk. La UE cree que el autor del mensaje en que se jactaba de abatir un avión militar, que resultó ser el MH17 malasio, trabaja para la inteligenica militar rusa (GRU).

No fue la única retirada entre los rebeldes. En Lugansk, donde la reducida población que aún permanece tras varios días de bombardeos está sin agua, luz ni teléfono desde hace más de una semana, dimitió el jefe de la autoproclamada república, Valeri Bolótov, a causa de una herida de bala. Lo sustituirá Ígor Plotnitski, actual ministro de Defensa.

En el centro de Donetsk murieron ayer dos civiles por la artillería pesada, que el Gobierno de Kiev niega estar usando, y varias personas resultaron heridas. Un hospital, dos centros comerciales, la Universidad y la Fiscalía, que ocupan dirigentes prorrusos, han sufrido daños. Las autoridades recomiendan a la población que no salga a la calle, pero la gente carga sus enseres en vehículos para abandonar la ciudad. En los tres últimos días murieron 74 civiles y hubo 116 heridos en la región de Donetsk.

El presidente ruso dijo ayer en Crimea que trabajará para, «sin romper lazos con los aliados», que Rusia no se aísle del mundo, aunque también debe defenderse de quienes actúan de forma «insolente» o «tutorial».

En Yalta, ante la mayor parte de sus ministros y los miembros del Parlamento crimeo, Putin anunció la creación de una fuerza militar en Crimea, donde reconoció que el Ejército ruso intervino en la península para garantizar la celebración del referendo en marzo. También afirmó que hará «todo lo posible» para que acabe el conflicto en Ucrania.