Merkel cumple 60 años entre rumores de que quiere irse

úrsula moreno BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Medios influyentes y políticos de su entorno sugieren que medita retirarse

17 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los cumpleaños en Alemania se celebran por todo lo alto, sobre todo si se trata de una fecha tan redonda como los 60 años que cumple hoy Angela Merkel. Aunque como hija de pastor protestante, no es propensa a la ostentación, la primera mujer canciller de este país no tiene más remedio que celebrarlo también de cara a la galería. Lo hará esta tarde con cerca de un millar de invitados, en la sede de su partido, la Unión Cristianodemócrata.

El principal orador lo ha elegido esta física, que no se cansa de repetir la importancia de que Alemania sea puntera en I+D, si quiere sobrevivir en un mundo cada vez más competitivo. Se trata del historiador Jürgen Osterhammel, especializado en la historia del siglo XIX y XX y la globalización. Muy al estilo de Merkel y su pragmatismo: no hay ocasión que no sea buena para aprender algo, también un cumpleaños.

Pero esta vez, después de ocho años y medio al frente de la nación más poderosa de Europa, hay una pregunta que planea sobre el aniversario: ¿cuánto tiempo quiere seguir Merkel al mando? ¿Agotará la legislatura o se retirará antes de finalizar este mandato? ¿Se presentará en 2017? Los interrogantes han sido planteados por medios de gran influencia en Alemania y sugeridos por algunos políticos de su entorno.

Lo llamativo es que contrastan con los datos de todas las encuestas, según los cuales más del 70% de los alemanes dicen estar «muy satisfechos» o «satisfechos» con su canciller. ¿Es que el poder no la desgasta? ¿Es que realmente todo le resbala? Parece que su opción por la máxima cautela, por no pronunciarse públicamente hasta que los problemas se resuelvan por sí solos o hasta que la polémica amaine, parece darle resultado. Además de su disciplina prusiana a la hora de preparar cumbres, que le llevan a deglutir cifras y dossieres, según aseguran fuentes cercanas al gobierno.

Por último, no hay que olvidar su defensa de los intereses alemanes a toda costa. La que de puertas para dentro se presenta como la «salvadora del euro y de Europa», que ha adoptado el papel de gestora de la crisis financiera y económica, es para muchos también una implacable defensora de los intereses de los bancos alemanes en el sur de Europa o de las exportaciones a los países más afectados por la crisis.

Desde que inauguró su tercer mandato, ya la han aupado a secretaría general de Naciones Unidas o a la presidencia de la Comisión Europea. Sin embargo, quienes la conocen algo más de cerca se pueden imaginar que no tenga ganas de perpetuarse en el poder, de alcanzar los 16 años de su antecesor Helmut Kohl. La imaginan disfrutando de la música clásica y de la naturaleza junto con su marido Joachim Sauer, que acaba de prolongar su actividad docente en la Universidad Humboldt de Berlín.

Como si intuyera el debate que se ha abierto sobre su futuro, se animó a tranquilizar al país. «Me gusta mi trabajo. Me gusta profundizar en temas distintos y conocer a gente diferente», dice en su página web. En esta legislatura parece haber dejado los asuntos domésticos a sus socios de coalición, los socialdemócratas, que a ritmo vertiginoso sacan adelante el salario mínimo o la reforma de la jubilación, mientras que ella se vuelca en el parqué internacional. Toca redefinir las relaciones con Moscú a raíz de la crisis de Ucrania y con Washington por los nuevos casos de espionaje de la CIA.

La canciller acaba de regresar de su séptimo viaje a China, llevada por claros intereses comerciales. Su última estación ha sido Brasil; las fotos con la selección ganadora del mundial han dado la vuelta al mundo. Una campaña publicitaria gratis para Merkel que, después de Helmut Kohl y de Konrad Adenauer, ya es indiscutiblemente la líder más fuerte de la CDU.