Los combates contra los prorrusos se recrudecen en el este de Ucrania

Rafael Mañueco / Colpisa MOSCÚ

INTERNACIONAL

Putin y Merkel llaman a la negociación para llegar a un alto el fuego

14 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Aplastar los reductos separatistas en las ciudades de Donetsk y Lugansk está resultando para las tropas ucranianas mucho más sangriento y costoso de lo vaticinado en un primer momento. Ayer los combates en el este de Ucrania fueron especialmente encarnizados hasta el punto de que el presidente, Piotr Poroshenko, decidió finalmente declinar la invitación de su homóloga brasileña, Dilma Rousseff, para asistir a la final del Mundial de Fútbol en el estadio de Maracaná. Allí hubiera tenido la oportunidad de entrevistarse con su principal enemigo, el presidente ruso, Vladimir Putin, quien aprovechó su viaje a Río de Janeiro para hablar con la canciller alemana, Angela Merkel

Según el servicio de prensa del Kremlin, ambos líderes mantuvieron ayer un encuentro que duró una hora y cuarto, durante el que coincidieron en que la situación en Ucrania «tiende a deteriorarse». El portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, aseguró que Putin y Merkel «discutieron todas las opciones posibles para resolver el conflicto en Ucrania». Después, la parte alemana anunciaba en una nota que ambos países están a favor de que «comiencen cuanto antes negociaciones directas entre el Gobierno de Kiev y los separatistas a través de videoconferencia» y se declare un alto el fuego.

Pero Moscú no solo envía armas y mercenarios en ayuda de las milicias prorrusas, sino que continúa amenazando a Kiev con implicarse todavía más en el conflicto. Según el Comité de Instrucción ruso, un proyectil disparado supuestamente por la artillería ucraniana cayó ayer en la región de Rostov del Don (Rusia). Como consecuencia de la explosión murió una persona y dos resultaron heridas. Tras lo sucedido, el Ministerio de Exteriores ruso se apresuró a declarar que los bombardeos del Ejército ucraniano constituyen un «acto de agresión» a la «soberanía» del país y a sus ciudadanos. En la nota se advierte de que tales acciones «pueden llegar a tener consecuencias irreversibles». El embajador ucraniano en Moscú ha sido llamado por la Cancillería rusa para dar explicaciones.