Tras el crecimiento, el segundo punto del ambicioso programa de Matteo Renzi para el semestre de presidencia italiana es la construcción de una política de inmigración común. Para ello ha defendido la idea de aumentar el presupuesto de la Agencia de Control de Fronteras (Frontex), idea que comparte José Manuel Barroso para quien la inmigración tiene que ser «un asunto compartido». «El problema que afronta Italia es europeo y Frontex necesita más recursos por lo que hemos creado el proyecto de Frontex plus que afrontará la situación de los inmigrantes en toda Europa».
Para Renzi el Mediterráneo es la «frontera» y el «corazón» de Europa y por ello se ha comprometido a mantener la misión Mare Nostrum que controla sus aguas. «Una nación civilizada no deja a la deriva un barco cargado de niños, sino que los salva», explicó mientras insistía en la necesidad de proporcionar asistencia a los países del norte de África, especialmente a Libia, que es el lugar en donde embarcan el 96% de los inmigrantes que intentan llegar a Italia.
La llegada de inmigrantes a las costas de Sicilia ya ha dejado de ser noticia ante el constante sucederse de desembarcos. Este año son más de 65.000 las personas que han desembarcado, lo que supera las 63.000 de 2011, cuando las primaveras árabes favorecieron la salida de mucha gente. Según fuentes del ministerio del Interior italiano, se podría llegar a 100.000 inmigrantes a finales del presente año.
Para muchos la travesía se ha convertido en una tumba. La Comunidad de Sant?Egidio calcula que son más de 10.000 las personas que han muerto ahogadas en el Mediterráneo en los últimos 7 años cuando intentaban alcanzar el sueño europeo.