Al menos 54 muertos en ataques de Boko Haram en el noroeste de Nigeria

AFP

INTERNACIONAL

Iglesias y centros de retransmisión del Mundial, principales objetivos del grupo terrorista

30 jun 2014 . Actualizado a las 21:05 h.

Un ataque contra iglesias en el noreste de Nigeria, atribuido al grupo islamista Boko Haram, dejó más de 50 muertos en este país, cuya selección nacional se enfrenta este lunes contra Francia en octavos de final de la Copa del Mundo de Fútbol.

Las cuatro aldeas atacadas el domingo se encuentran en un radio de 10 kilómetros alrededor de Chibok, donde Boko Haram secuestró a 276 estudiantes de secundaria el pasado 14 de abril, de las que 219 continúan en paradero desconocido.

«Por el momento hay 54 muertos», declaró un responsable del estado de Borno, que requirió el anonimato. Mike Omeri, portavoz del gobierno federal, declaró que un «determinado número de personas había muerto» pero que aún no disponía de un balance oficial de las autoridades locales.

El presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, dijo que los ataques muestran que el grupo islamista usa la religión como tapadera para sus «repudiables crímenes contra sus compatriotas».

Omeri respondió también a las críticas de los habitantes que acusan a los militares de ignorar las llamadas de socorro tras el ataque. Así, el portavoz declaró haber recibido «informaciones fiables» que señalan la presencia de militares, quienes «posiblemente llegaron un poco tarde, pero llegaron».

Los atacantes que circulaban en moto lanzaron bombas en las iglesias de Kwada, Ngurojina, Karagau y Kautikari durante la misa del domingo, indicaron testigos.

No obstante, un jefe local de Chibok, que también pidió el anonimato, desmintió la versión gubernamental, al asegurar que el ejército «no intentó» acudir al lugar de los ataques.

«Aquellos que dicen que el ejército vino, mienten», subrayó. El estado de Borno es la cuna de la insurrección islamista, que ha dejado miles de muertos desde hace cinco años y al menos 2.500 en 2014.

Fútbol, perversión occidental

La insurrección de Boko Haram (La educación es un pecado, en lengua hausa) tiene también como objetivo los recintos deportivos y centros de retransmisión del Mundial de Fútbol de Brasil.

Las autoridades de los estados de Adamawa (noreste) y de Plateau (centro) prohibieron, en este sentido, el visionado de los partidos en pantallas gigantes, aunque estos centros y los bares son en ocasiones la única opción para ver los encuentros ante los cortes de electricidad diarios.

En Nigeria, cuya selección está clasificada para disputar los octavos de final, los aficionados temen nuevos actos de violencia. «Estamos muy preocupados en Lagos (...) cuando vemos y escuchamos lo que ocurre en otros estados», dijo Femi Adeeko, de 66 años, propietario de un hotel de Lagos, situado 2.000 kilómetros al sur del epicentro de la violencia. El líder del grupo islamista, Abubakar Shekau, ha descrito en varias ocasiones el fútbol como una perversión occidental que busca alejar a los musulmanes de la religión.