Merkel cede ante Italia y Francia para dar la presidencia a Juncker

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Renzi acepta su nombramiento a cambio de pactar reglas para el futuro

27 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La travesía de Jean-Claude Juncker hacia la presidencia de la Comisión Europea está siendo especialmente tortuosa. El fin de trayecto se acerca y los 28 líderes de la Unión deberán decidir hoy en Bruselas si aúpan al conservador a la cima del Ejecutivo comunitario. Todo indica que el luxemburgués llegará a buen puerto. Si se ratifica, su futuro estará en manos de la Eurocámara, donde populares, socialdemócratas y liberales han acordado apoyarle.

La decisión llegará tras las intensas negociaciones que mantuvieron ayer en la ciudad belga de Ypres los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión. Tras rendir homenaje a los caídos en la Primera Guerra Mundial se enzarzaron en nuevas discusiones que tuvieron como fin poner sobre la mesa el nombre del candidato a presidir la Comisión. Hoy volverán sobre el tema. Existe un compromiso mayoritario de avalar a Juncker, la apuesta personal de la canciller Angela Merkel, pero hay demasiados flecos que cerrar antes de nombrarlo.

Por un lado, habrá que ver si Francia e Italia, con Gobiernos socialistas, cumplen con su compromiso de apoyar al conservador. El presidente francés, François Hollande, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, volvieron a pedir mayor flexibilidad para alcanzar el objetivo de déficit y un paquete de políticas de estímulo para crear empleo. Renzi lanzó una nueva advertencia: «Apoyaremos a Juncker pero solo con un documento que indique hacia dónde debe dirigirse Europa». Ambos quieren asegurarse de que Bruselas no les va a apretar las tuercas, como ya hizo con los vecinos españoles.

Merkel transigió y acordó junto con sus homólogos alumbrar una nueva agenda europea que aborde «medidas para aumentar las inversiones, crear más empleo y competitividad» reconociendo que para ello es necesario «hacer uso de la flexibilidad» que permiten los acuerdos. Una concesión que evita males mayores y afianza la elección de Juncker.

Otro fleco pendiente es el de planear una salida airosa para el Reino Unido si finalmente se elige hoy al candidato que tanto aborrece el primer ministro británico, David Cameron. La encarnizada campaña que lideró contra Juncker no le ha granjeado apoyos en el Consejo, más bien se los restó. A su lado solo tiene al primer ministro húngaro, Víktor Orbán, después de que Holanda y Suecia se retirasen de la contienda. Aislado del resto de socios exige que se someta a votación la elección para poder demostrar su disconformidad. Hollande le recordó ayer que el acuerdo es mayoritario pero «si existe una petición para votar, estoy a favor».

Merkel se mostró dispuesta a tender la mano al británico para evitar una fractura interna. Le pidió «compromiso» para abordar la nueva agenda en la que se han incluido concesiones en temas de subsidiariedad al Reino Unido, poco amigo del federalismo. Nadie desea que abandone la UE si se celebra un eventual referendo de permanencia en el 2017. Un movimiento en esa dirección puede provocar una fractura interna que puede poner en peligro la estabilidad de la Unión.

Rajoy llega tarde y se pierde el debate

El presidente del Gobierno de España, la cuarta potencia de la Eurozona en términos de PIB y la quinta de la UE, Mariano Rajoy no estuvo ayer en Ypres. Faltó a la jornada inicial de una cumbre en la que «solo» se iba a hablar de la estrategia política y económica de la UE para los próximos años, una hoja de ruta que interesa sobremanera a España porque por fin comienza a hablarse de crecimiento y no solo de rigor y austeridad. No se puede olvidar que en materia de déficit España es el peor alumno de la clase. Sin embargo, el avión de Rajoy aterrizó en Bruselas pasadas las 22.30 horas procedente de Guinea Ecuatorial, motivo por el que el presidente español se quedó sin cenar y sin debate en Ypres. España delegó en Portugal la defensa de sus intereses.