Al Maliki rechaza dimitir y formar un gobierno de unidad nacional

Laura Fernández-Palomo AMÁN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Las fuerzas iraquíes tomaron posiciones para salvaguardar la seguridad de Bagdad.
Las fuerzas iraquíes tomaron posiciones para salvaguardar la seguridad de Bagdad. Ahmed SAAD< / span> Reuters< / span>

El régimen iraní ayuda con drones, armas y asesores al Ejército iraquí

26 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Es una de las condiciones de EE.UU. para recibir apoyo, pero el primer ministro chií, Nuri al Maliki, ha rechazado dimitir y dar paso a un gobierno de unidad que podría rebajar la tensión sectaria que se dirime ya en un enfrentamiento armado en Irak. Aunque para quienes siguen sosteniendo que se trata de una revolución, como la activista iraquí Asma al Haidari, no habría sido suficiente. Porque lo que según ella piden la mayoría de los combatientes suníes que avanzan hacia Bagdad es la caída de todo el régimen heredado de la ocupación estadounidense en el 2003.

Irán ha puesto en alerta a sus fuerzas en la frontera con Irak y está concentrado allí a miembros de grupo de élite de los Guardianes de la Revolución por si hay que socorrer a ciudades santas. El régimen chií opera con drones a Irak y, lo que no parece una sorpresa, está suministrando al Gobierno iraquí armas, equipos militares y asistencia, según contaron funcionarios a The New York Time. Los aviones no tripulados Ababil despegan del aeropuerto de Bagdad para realizar labores de vigilancia.

Pacto con Al Qaida

En la amalgama de fuerzas insurgentes, el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) sigue ampliando su capacidad, con la toma de control de otro campo petrolero, e intentando acercarse a las fronteras de Jordania y Arabia Saudí en su objetivo de crear un califato islámico. Ayer, un grupo vinculado al Frente al Nusra, filial oficial de Al Qaida en Siria, juraba lealtad al EIIL en Al Bukamal, localidad que hace frontera con Irak, con lo que ahora amplia el control de la frontera.

Entre reclamos de una revolución y el avance de un grupo terrorista; con una insurgencia definida como oposición armada, por una parte, y yihadistas, por la otra, el Parlamento iraquí tiene previsto elegir al próximo primer ministro el 1 de julio.

Después de las elecciones de abril y ante la negativa de dimitir, el calendario al que se había comprometido Al Maliki sigue vigente. «Los llamamientos para formar un gobierno de salvación nacional son un golpe contra la Constitución y un intento de eliminar el proceso democrático», aseguró, mientras acusaba a sus rivales políticos de querer repartirse un botín.