El socialismo europeo allana el camino a la presidencia de Juncker

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Hollande y Renzi apoyarán al conservador a cambio de políticas de crecimiento

22 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La socialdemocracia europea está dispuesta a abrir de par en par las puertas de la Comisión Europea al conservador Jean-Claude Juncker. Así lo acordaron nueve de sus líderes en la cumbre informal que celebraron ayer en París con el fin de unificar posturas de cara a la elección del candidato a presidir el nuevo Ejecutivo de Bruselas. «Respetamos las instituciones europeas, el espíritu de las elecciones y que el partido que acabó en cabeza pueda proponer a su candidato, en este caso Juncker», aseguró François Hollande, quien hizo de anfitrión.

A la cita acudieron el primer ministro belga, Elio di Rupo; la danesa Helle Thorning-Schmidt, el rumano Víctor Viorel, el checo Bohuslav Sobotka y el canciller austríaco Werner Faymann. También asistieron el vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, y el candidato de los socialdemócratas, Martin Schulz. Sin embargo, la vista estaba puesta en el primer ministro italiano, Matteo Renzi, que hasta ahora se oponía a apoyar a Juncker.

Hollande se reunió aparte con él para tratar de perfilar las demandas que presentarán conjuntamente a sus colegas conservadores en la cumbre que esta semana reunirá a los 28 líderes de la UE y donde se decidirá si el luxemburgués será el elegido.

Están dispuestos a tender la mano, pero no de balde. Por un lado, exigen el compromiso de que habrá un giro radical en la política comunitaria en los próximos cinco años: más flexibilidad en el cumplimiento del Pacto de Estabilidad y manga ancha en el gasto público para dar impulso a los «estímulos económicos». El objetivo de déficit del 3 % no se pondrá en duda, en contra de lo que Renzi propugnaba, pero Hollande mostró su apoyo a la propuesta italiana de que ciertos gastos estructurales no se cuenten en el cálculo.

Cameron, aislado

Solventadas las diferencias entre el francés y el italiano, la lista de condiciones que pondrán sobre la mesa de negociaciones del Consejo se fue ampliando durante la reunión. «No somos mayoría pero tampoco minoría», justificó Hollande tras recordar que todavía están en el aire otros cargos como el de la presidencia del Consejo y el Parlamento Europeo, a los que podrían aspirar los socialistas. En esa línea apuntó que el gran reto que deberán afrontar en los próximos días es «nombrar a las buenas personas en los buenos puestos para llevar a cabo las buenas políticas».

Esta alianza de socialdemócratas y populares europeos en el Consejo deja al primer ministro británico, David Cameron, es una posición muy comprometida. Sin una mayoría para bloquear a Juncker, está obligado a regatear para no salir humillado de la contienda que ha librado en las últimas semanas contra la elección del luxemburgués. En ese mercadeo de cargos políticos, Cameron podría ver con buenos ojos la elección de la primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt, como presidenta del Consejo, teniendo en cuenta que procede de un país que no comparte el euro.