El mundo se compromete a acabar con la impunidad de las violaciones de guerra

redacción / la voz

INTERNACIONAL

Angelina Jolie y el ministro de Exteriores británico, William Hague clausuraron ayer la cumbre sobre la violencia sexual en los conflictos armados

14 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La actriz Angelina Jolie y el ministro de Exteriores británico, William Hague, clausuraron ayer la cumbre sobre la violencia sexual en las guerras con la firma de un prometedor protocolo para acabar con la impunidad de estos crímenes.

El documento de 146 páginas fue suscrito por los participantes de más de 120 países, incluido el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, que se dieron cita en el encuentro de Londres que había comenzado el martes.

La actriz, embajadora de buena voluntad para los refugiados de la ONU, de quien partió la iniciativa de organizar la conferencia, cerró el encuentro convencida de que el problema de la impunidad en las violaciones no se erradicará «de la noche a la mañana», pero satisfecha de haberle dado visibilidad. «Esto no es más que el principio, pero ahora sabemos exactamente lo que hay que hacer», concluyó.

Dar libertad a la palabra, que se sepa lo que pasa, es el primer paso. Y eso es lo que han hecho los médicos congoleños que denunciaron las «atrocidades» cometidas con niños cada vez más pequeños, incluso con bebés de menos de un año, por civiles desmovilizados. Acostumbrados a al horror de la guerra, actúan con «voluntad de hacer daño». Violar a una virgen para curar el sida o a una menor de diez años para encontrar diamantes más grandes son otros motivos menos comprensibles incluso.

El valor para romper su silencio de Jineth Bedoya, una periodista violada por una guerrilla colombiana que salvó la vida cuando la dieron por muerta, o de Jody Williams, premio Nobel de la Paz que fue forzada en El Salvador, es un importante primer paso borrar el estigma que marca a las víctimas.