Un juez argentino cita a declarar al vicepresidente por corrupción

agustín bottinelli BUENOS AIRES / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Compró la empresa que imprimía billetes cuando era ministro de Economía

31 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Cristina Fernández de Kirchner sufrió ayer un duro revés político cuando su vicepresidente, Amado Boudou, fue citado por el juez Ariel Lijo para que preste declaración el 15 de julio como imputado en una causa de corrupción conocida como caso Ciccone.

El que fuera designado de forma personal por la jefa de Estado para acompañarla en su segundo gobierno, el político en el que muchos creían ver a su delfín de cara a las presidenciales del 2015 no pudo evadir el cerco que sobre él estrechó la Justicia.

Boudou es investigado por su presunto interés en salvar de la quiebra la imprenta Ciccone Calcográfica, encargada de la emisión de papel moneda, pasaportes, bonos y hasta matrículas de automóviles para el Estado, cuando era ministro de Economía y, aun después, cuando ya había sido nombrado vicepresidente.

El juez Lijo también citó a José María Núñez Carmona, amigo y socio de Boudou; Rafael Resnick Brenner, exjefe del gabinete de asesores de Ricardo Echegaray, ministro de Hacienda; Alejandro Vandenbroele, cara visible de The Old Fund, la sociedad fantasma que se encargó de la compra de la imprenta; Nicolás Ciccone, dueño original de la empresa, y Guillermo Reinwick, yerno de Ciccone.

Gestión directa

Las hechos que han conducido al juez a citar a los imputados pueden resumirse en esta maniobra: Boudou, junto con Núñez Carmona, habría adquirido la empresa quebrada y monopolista Ciccone Calcográfica, cuando era ministro de Economía, a través de la sociedad The Old Fund y de Vandenbroele como testaferro. La adquisición se hacía con la finalidad de conseguir posteriormente contratos con el Estado para la impresión de billetes y documentos oficiales.

El juez argumenta que Boudou, aprovechando su condición de alto cargo, y Núñez Carmona habrían acordado con Nicolás y Héctor Ciccone y Guillermo Reinwick la cesión del 70 % de la empresa a cambio de hacer las gestiones necesarias para que la firma pudiera volver a operar y contratar con la Administración pública.

El magistrado detalló que Boudou habría participado de forma directa en la adquisición y, junto a Brenner, tramitando una moratoria de pagos a Hacienda ilegal que, mediante personas interpuestas, lograría el levantamiento de la bancarrota.

Ayer, apenas conocida la citación, el vicepresidente argentino concedió varias entrevistas a emisoras de radio en las que afirmó textualmente: «Juro, sostengo y lo voy a demostrar: no cometí actos de corrupción». Aseguró que no piensa en renunciar ni en un cese provisional.

De conservador a peronista

Boudou, de 50 años, tiene fama de playboy. Desde joven se dedicaba a organizar conciertos de rock. Cuando comenzó a militar en política, en la conservadora Unión de Centro Democrático, llegaba a los actos montado en una poderosa moto Harley Davidson. Luego se pasó al peronismo, con la llegada de los Kirchner al Gobierno. Hasta no hace mucho aprovechaba los actos públicos de su partido para subirse al escenario con una guitarra y cantar temas de Andrés Calamaro. Vive con Agustina Kämpfer, una periodista 20 años menor que él.