Le Pen asegura que logrará constituir un grupo ultraderechista en la Eurocámara

La Voz

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Con 24 escaños, solo necesita un escaño más y el apoyo de seis partidos procedentes de distintos países de la Unión para formar grupo propio

29 may 2014 . Actualizado a las 10:22 h.

La Unión Europea tiene sus ojos puestos en Marine Le Pen, líder del partido extremista y xenófobo Frente Nacional (FN). Su formación se alzó en Francia en primera posición tras las elecciones europeas, al alcanzar el apoyo de uno de cada cuatro votantes. Eso se traduce en 24 escaños en la Eurocámara. Le Pen solo necesita 25 escaños y el apoyo de seis partidos procedentes de distintos países de la Unión para formar grupo propio. Un gran bloque de ultraderecha con más voz e influencia.

Por el momento cuenta con el apoyo explícito del PVV holandés, el Vlaams Belang belga, la Liga Norte italiana y el FPÖ austríaco. Pero le faltan dos socios más. «Estoy convencida de que en las próximas semanas lograremos reagrupar a siete partidos», declaró ayer en una rueda de prensa conjunta con sus cuatro socios políticos. Descartó cualquier alianza con los neonazis alemanes del NPD, los griegos de Amanecer Dorado y el Jobbik húngaro, porque «tenemos nuestras diferencias», dijo.

En la batalla por formar grupo propio también está el euroescéptico británico Nigel Farage, quien no dudó en tachar de racista a Le Pen para tratar de llevarse al huerto a algunos partidos indecisos que no saben por quién decantarse. «Ese calificativo solo responde a una táctica del señor Farage», aseguró ayer la líder del FN, que intentó quitar hierro al asunto. «En el futuro trabajaremos juntos para oponernos a muchas cosas que se quieran adoptar en este Parlamento», pronosticó.

El nuevo bloque de ultraderecha que se está cocinando tras las paredes de la Eurocámara amenaza con boicotear su funcionamiento. «Frenaremos todos los esfuerzos que se hagan por avanzar en un mayor federalismo», anticipó Le Pen, quien dijo estar a favor de recuperar soberanía para las naciones.

Sobre la polémica que despertó su programa por la férrea oposición a la inmigración y la defensa de ideas xenófobas, Le Pen culpó a la prensa, a la que ya insultó en varias ocasiones. «Hay una campaña para demonizarnos, pero no podrán con nosotros, hemos hecho historia», declaró antes de amparar a su partido: «No veo contradicción entre los valores que defendemos y los derechos humanos», afirmó.