Los líderes de la UE se rebelan ante Merkel y piden grandes cambios

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Exigen aliviar las políticas de austeridad para frenar el avance de los eurófobos

29 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El guantazo electoral sufrido por los principales líderes de la UE tras las elecciones ha dado paso a los reproches velados contra la canciller alemana, Angela Merkel, a la que se le atribuyen buena parte de los fracasos nacionales. Su empecinamiento en seguir apretando el cinturón a los europeos ha sumido a sus vecinos en una lenta y duradera agonía abriendo de par en par las puertas a eurófobos y ultraderechistas. Sus colegas se amotinan. Para evitar futuras derrotas a manos de esas fuerzas han pedido que se aborde el debate sobre la necesidad de dar un giro al timón de la UE hacia políticas de estímulo económico. «Europa debe escuchar lo que pasó en Francia», recordó el presidente francés, François Hollande, quien lanzó un dardo contra la política de ajuste fiscal extremo y pidió que la Unión Europea «se retire de donde no sea necesaria».

El primer ministro británico, David Cameron, superado por la derecha del euroescéptico UKIP de Nigel Farage, señaló que «no podemos ignorar los resultados y hacer como si no hubiese pasado nada. La UE necesita un cambio. Debe centrarse en crear empleo y crecer».

Mariano Rajoy, cuyo partido también ha sufrido una sangría de votos, se sumó al grupo de voces que tratan de hacer entrar en razón a Alemania: «Necesitamos políticas más expansivas», dijo. En este frente de rebeldes articulado por los líderes de las economías más grandes de la Unión también está el italiano Matteo Renzi.

 

Juncker se desinfla

Al candidato que presentaron los conservadores para presidir la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, no se le espera. Los líderes de la Unión han dejado muy claro al Parlamento que no existe relación automática entre los resultados de las elecciones y la designación del candidato. Quieren sopesar otros nombres. Merkel, quien apostó personalmente por él, recula ante la falta de apoyos: «Habrá que explorar todas las posibilidades».

Países como Reino Unido y Hungría detestan al luxemburgués, que encarna la política de austeridad. Se han puesto manos a la obra para bloquear sus opciones. Su gestión al frente del Eurogrupo durante la crisis le convierte en la persona menos adecuada para afrontar los cambios. Cobra  fuerza la posibilidad de un tapado. Se barajan varios nombres. A Cameron le convence la ministra danesa Helle Thorning-Schmith. El primer ministro irlandés, Enda Keny; el finlandés Jyrki Katainen, e incluso la directora del FMI, Christine Lagarde, también están en las quinielas.