El boicot insurgente ensombrece las elecciones presidenciales ucranianas

La Voz BORIS KLIMENKO | EFE

INTERNACIONAL

Las autoridades de Kiev admiten que será difícil garantizar la votación en las regiones prorrusas del este

19 may 2014 . Actualizado a las 20:05 h.

La campaña de las elecciones presidenciales ucranianas entra en su recta final ensombrecida por el boicot de las regiones insurgentes prorrusas de Donetsk y Lugansk, donde difícilmente las autoridades de Kiev podrán garantizar la votación.

«Somos muy conscientes y no engañamos a nadie de que en el grandísimo territorio que representan las regiones de Donetsk y Lugansk ya será imposible garantizar la normal celebración de las elecciones», dijo este lunes el ministro del Interior ucraniano Arsén Avákov.

El Gobierno asume que existen municipios rebeldes, como Slaviansk, Kramatorsk y Górlovka, donde los electores no acudirán a las urnas, unos por propia iniciativa y otros por temor a las represalias de los milicianos prorrusos.

«En la región de Donetsk, solo hemos recibido listas preliminares de votantes del 26 % de los colegios electorales y en Lugansk, del 16 %», explicó el subjefe de la Comisión Electoral Central (CEC), Andréi Maguera.

Los insurgentes se han hecho con el control de varios colegios electorales y se han incautado de los censos para abortar la votación en los territorios de ambas «repúblicas populares», que proclamaron hace una semana su independencia.

«Creemos que las presidenciales del 25 de mayo no serán legítimas. Por supuesto, no las reconoceremos. Tratar de organizar los comicios en el territorio de nuestros Estados independientes es ilegal», dijo a la prensa rusa Pável Gúbarev, uno de los líderes insurgentes en Donetsk.

Mientras, el Parlamento de la «república popular de Lugansk» fue más allá al desmantelar las comisiones electorales y tachar de ilegales la propaganda, la campaña y la propia votación del día 25.

Además, muchos miembros de los comités electorales locales en estas regiones se han negado a cumplir con sus obligaciones por temor a represalias con ellos y sus familias, lamentó la CEC.

Con respecto a las otras 22 regiones del país, la comisión electoral aseguró que el nivel de preparación «es del 100 %» a falta de una semana para la votación.

«En cambio, en las regiones de Donetsk y Lugansk, por obvias razones, la situación es aún insatisfactoria», añadió.

El primer ministro, Arseni Yatseniuk, puso al mal tiempo buena cara y declaró que «cualquier intento de los 'terroristas' de Donetsk y Lugansk de abortar las elecciones presidenciales en Ucrania está condenado al fracaso».

Durante la reunión con Yatseniuk, Avákov alertó de que en las dos regiones rebeldes se esperan provocaciones, por lo que se crearán grupos operativos especiales para garantizar el orden y el proceso electoral.

«Trabajarán grupos de reacción rápida con el fin de prevenir provocaciones. En los puntos más calientes se desplegarán fuerzas del orden procedentes de regiones más tranquilas», agregó.

Mientras, el gobernador de Donetsk designado por Kiev, Serguéi Taruta, dijo que las autoridades regionales han formado ya las 22 comisiones electorales, aunque los rebeldes dicen que controlan seis de ellas.

«Si la votación no tiene lugar en algunos colegios, eso no quiere decir que no habrá elecciones en Donetsk», puntualizó.

Taruta reconoció que miles de personas están armadas en Donetsk, -«no decenas de miles, gracias al cielo»- pero aseveró que el apoyo popular a los separatistas se ha reducido drásticamente en las últimas semanas.

Por su parte, Irina Veriguina, gobernadora de la vecina Lugansk, aseguró que seis de sus doce circunscripciones electorales han sido secuestradas por los insurgentes.

Al rechazo de los sublevados a las elecciones nacionales se sumó este lunes el Partido Comunista de Ucrania (PCU), que adelantó que no reconocerá los resultados después de que el presidente, Alexandr Turchínov, pidiera al Ministerio de Justicia la ilegalización del PCU.

El emisario de la OSCE para Ucrania, Wolfgang Ischinger, subrayó la importancia de las elecciones para normalizar la situación en Ucrania, aunque descartó que vayan a persuadir a los rebeldes a deponer las armas y estimó en menos del 10 % las ciudades ucranianas donde habrá problemas para celebrar la votación.

También destacó la utilidad de las mesas redondas de unidad nacional para rebajar la tensión en vísperas de las elecciones, más aún cuando la tercera se celebrará este miércoles en Donetsk, epicentro de la sublevación prorrusa.

La Unión Europea y Estados Unidos consideran cruciales los comicios presidenciales para legitimar a las autoridades que derrocaron en febrero pasado al presidente Víktor Yanukóvich.

Rusia, que acusa a las actuales autoridades ucranianas de dar un golpe de Estado, ha calificado las elecciones de «un paso en la buena dirección», pero se ha abstenido de confirmar si reconocerá sus resultados.