La UE anuncia represalias si Suiza restringe la entrada de trabajadores

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Varios vehículos hacían cola ayer en la frontera de Suiza con Lottstetten (Alemania).
Varios vehículos hacían cola ayer en la frontera de Suiza con Lottstetten (Alemania). steffen schmidt < / span>efe< / span>

Bruselas responde al desafío helvético y advierte de que la libertad de movimiento es «sagrada»

11 feb 2014 . Actualizado a las 11:20 h.

El sí que Suiza dio el pasado domingo en el referendo a favor de limitar la «inmigración masiva» en el país helvético ha desencadenado una ola de indignación en el corazón de la Unión Europea. La respuesta de Bruselas al desafío planteado por Berna es clara. Si se imponen cuotas al acceso de trabajadores comunitarios en Suiza, habrá «consecuencias muy graves» por vulnerar los acuerdos de libre circulación que están vigentes.

El Consejo Federal helvético tiene un plazo de tres años para aplicar la medida ratificada por un 50,3 % de los votantes. Su puesta en marcha afectará a los trabajadores europeos que cruzan periódicamente la frontera suiza para trabajar, a los demandantes de asilo y a trabajadores de terceros países. Esta iniciativa antiinmigración también propone limitar el acceso a las prestaciones sociales de los no nacionales y pone en riesgo el derecho a la reagrupación familiar: «Tendrá consecuencias desestabilizadoras para todos los que trabajen fuera de sus fronteras. Estarán en un limbo», advirtieron ayer fuentes europeas. Hay que tener en cuenta que en Suiza trabajan más de un millón de ciudadanos comunitarios, entre los que se encuentran un gran número de gallegos (37.995).

La Comisión Europea no tiene intención de arrugarse: «La libertad de movimiento de las personas es un pilar central de nuestras relaciones con Suiza, es sagrada», aseguró ayer la portavoz del Ejecutivo comunitario, Pia Ahrenkilde. Los próximos movimientos del Gobierno helvético serán vigilados de cerca y ya se sabe cuáles serán las primeras sanciones que impondrá Bruselas si se vulnera este principio.

Para empezar, se contempla suspender la participación de Suiza en el programa Erasmus y en los Fondos de I+D, pero el enfrentamiento podría ir más allá. Fuentes del Ejecutivo comunitario no descartan que se replanteen por completo todos los acuerdos, incluido el de libre acceso al mercado interior, una medida que podría hacer mucho daño a un país que exporta la mayor parte de su producción a la Unión Europea.

También los economistas del banco Crédit Suisse han elaborado una primera estimación de las consecuencias económicas que tendrá para Suiza la limitación de la entrada de trabajadores extranjeros. Hasta 80.000 empleos podría perder el país, que vería reducida la producción económica en 1.200 millones de euros, según sus cálculos.

A esta polémica medida para frenar la entrada de personas procedentes de países especialmente castigados por la crisis se le suma la duramente criticada iniciativa de «expulsar a los extranjeros criminales» aprobada en el 2010, también por referendo.