Grupos de autodefensa y narcos disparan la violencia en México

Andrea Sosa Cabrios CIUDAD DE MÉXICO / DPA

INTERNACIONAL

Miembros de las «autodefensas» desfilan el sábado en el Estado de Guerrero.
Miembros de las «autodefensas» desfilan el sábado en el Estado de Guerrero. Jesús Solano< / span> reuters< / span>

Civiles armados se enfrentan a los criminales en el Estado de Michoacán

07 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Dos autobuses de pasajeros y un camión de una empresa de lácteos fueron atravesados a lo ancho de la carretera e incendiados para bloquear el paso. Michoacán, un estado productor de limones y aguacates en el oeste de México, arroja imágenes de guerra. Otra vez el fin de semana la tensión escaló en tierra del cártel de Los Caballeros Templarios, donde se enfrentaron grupos de «autodefensa» con organizaciones criminales, con un saldo extraoficial de cuatro muertos, mientras que dos militares murieron en un ataque a un convoy del ejército cerca de Apatzingán.

Desde hace al menos siete años, Michoacán es un foco rojo en materia de inseguridad en México, pero en los últimos once meses el escenario se ha complicado con la aparición de organizaciones ciudadanas armadas para defenderse por sí mismas. «No nos queda otro camino. Esta gente nos ha hecho mucho daño», dijo ayer a MVS Radio Hipólito Mora, uno de los líderes principales de las «autodefensas», al justificar su decisión de seguir ocupando espacios en Michoacán. «O son ellos o somos nosotros».

La violencia del fin de semana se desató después de que unos 300 miembros de los grupos civiles tomaron el control del poblado de Parácuaro y desarmaron a la policía para asumir ellos la vigilancia. Un hecho más enrareció el ambiente: el sábado se estrelló una avioneta en la que iba José Manuel Mireles, un jefe de las «autodefensas». El incidente dejó un muerto y cuatro heridos, entre ellos Mireles, que fue trasladado con custodia policial a un hospital de Ciudad de México. Se presume que se trató de un accidente, pero las autoridades investigan las causas.

Michoacán está por detrás de regiones como Chihuahua o Sinaloa en número de asesinatos. Sin embargo, la magnitud del movimiento de «autodefensa» ha atraído una gran atención. Es difícil saber quién lo financia. Desde febrero han ocupado una decena de municipios y parecen contar con cierta tolerancia de las autoridades, pese a estar también al margen de la ley.

Si durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) el gran desafío era el cártel de Los Zetas, con Enrique Peña Nieto se ha desplazado al choque creciente entre las «autodefensas» y los Templarios, un grupo que surgió en 2011 a partir de una ruptura de La Familia Michoacana. Sus actividades incluyen delitos «tradicionales» como la producción de drogas sintéticas y tráfico de estupefacientes y otros tan novedosos como la extracción ilegal de minerales para exportar a China, la compra y venta de ganado y el control de transportistas.