Los bombadeos contra Alepo amenazan las negociaciones de paz

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Alepo, tras los bombardeos
Alepo, tras los bombardeos SAAD ABOBRAHIM

Los 300 muertos que denuncian la oposición caen sobre la próxima conferencia de paz de Ginebra

23 dic 2013 . Actualizado a las 23:35 h.

Los bombardeos de la aviación siria contra Alepo han dejado en ocho días más de 300 muertos, lo que llevó a la coalición opositora a advertir de que no asistirá a las negociaciones de paz previstas para enero en Ginebra si estos ataques continúan. Esta mortífera ofensiva coincide con un avance sobre el terreno del régimen sirio que se beneficia, según los analistas, del silencio internacional.

«Del 15 al 22 de diciembre, murieron 301 personas, incluyendo 87 niños, 30 mujeres y 30 rebeldes», afirmó el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que se apoya en una amplia red de fuentes civiles, médicas y militares por todo el país. Posteriormente, el OSDH indicó que al menos 21 personas murieron este lunes en ataques contra los barrios rebeldes de Marjé y Sukari de Alepo.

A lo largo del lunes, cayeron nuevos «barriles de explosivos» sobre al menos cuatro barrios del este de la antigua capital económica de Siria y sobre tres localidades de la provincia, indicó el OSDH. La oposición siria y varias ONG acusan al régimen de Bashar al Asad de lanzar «barriles de explosivos» llenos de TNT sobre estas zonas rebeldes para minar la moral de la población.

Una fuente de seguridad de Damasco explicó que el ejército recurre a los bombardeos aéreos en esta provincia para apoyar a sus efectivos sobre el terreno, ya que no cuentan con medios para lanzar una ofensiva terrestre en Alepo, y que los elevados balances de víctimas se deben a que las posiciones rebeldes se encuentran entre los civiles.

Aunque el régimen no reconoce oficialmente el uso de estos barriles, una fuente de seguridad afirmó que esta técnica es menos costosa que los misiles. Alepo, uno de los principales frentes del conflicto sirio, convertido en guerra civil después de la revuelta que comenzó en marzo del 2011, está dividido desde el verano del 2012 entre sectores controlados por los rebeldes y por el ejército.

La oposición siria pide desde el inicio del conflicto la implantación de una zona de exclusión aérea, una reivindicación ignorada por los países occidentales que apoyan a la coalición que combate al presidente Bashar al Asad.

La Coalición amenaza con no ir a Ginebra

El secretario general de la Coalición de oposición, Badr Jamous, dijo que «si los bombardeos del régimen de Asad y sus intentos de aniquilar al pueblo sirio continúan, la coalición no irá a Ginebra». Representantes del régimen y de la oposición están invitados a participar el 22 de enero en Suiza en una conferencia internacional para encontrar una solución política que ponga fin a la guerra civil en Siria que, según el OSDH, ha causado más de 126.000 muertos y millones de refugiados y desplazados.

Esta iniciativa quiere aprovechar el impulso del acuerdo alcanzado para erradicar el arsenal químico sirio de aquí a mediados del 2014 y que evitó la intervención militar estadounidense en respuesta a un ataque con armas químicas en agosto del que se acusó al régimen. Según los analistas, al régimen no le preocupa la reacción de la comunidad internacional.

«Ya no hay líneas rojas, ahora hay luz verde», afirmó Salman Shaij, director del Brookings Doha Center, en referencia a la «línea roja» que el presidente estadounidense, Barack Obama, había situado en la utilización por el ejército sirio de armas químicas. Mientras, Asad asegura que Siria se enfrenta a una gran ofensiva de islamistas extremistas.

«Se trata de un terrorismo sin límite, de una plaga internacional que podría golpear a cualquiera en cualquier momento», declaró Asad, citado por la agencia de noticias estatal SANA.