Miles de sudafricanos dan su adiós a Nelson Mandela

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Graça Machel posa sus manos sobre el féretro de su marido Nelson Mandela.
Graça Machel posa sus manos sobre el féretro de su marido Nelson Mandela. MARCO LONGARI < / span>AFP< / span>

Los abucheos a Zuma vinieron de los fieles de su rival, el populista Malena

12 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Pretoria, la capital del régimen del apartheid y también el lugar donde en 1994 Nelson Mandela juró como primer presidente negro de Sudáfrica, acoge desde ayer y hasta el viernes la capilla ardiente para que los sudafricanos den su último adiós a Madiba, mientras se preguntan por el futuro del país tras la desaparición del fundador de la Sudáfrica democrática.

Miles y miles de personas hicieron largas colar para pasar por la capilla ardiente instalada en el Union Buildings, la sede del Gobierno que desde ahora llevará su nombre. Bajo el cristal que tapa la mitad del féretro se podía ver el rostro de Madiba, vestido con una colorida camisa marrón de las que tanto le gustaba lucir.

La gente lloraba, contenía el aliento -hubo algún desvanecimiento-, y, sobre todo, empezaba a concienciarse de la desaparición de Mandela. «Es el fin de una era. Todas las oportunidades que tuve al crecer y que mis padres nunca tuvieron, me las dio Madiba» dijo a AFP el funcionario Faiqia Hartley, de 27 años. «Me siento mal porque todavía lo necesitamos», explicó Phindile Lepogo, de 25 años Estos jóvenes son parte de los llamados born free, la generación nacida en democracia.

A los ciudadanos de a pie se sumaron, entre otros, el expresidente De Klerk, el cantante Bono, que acompañó a Zelda Le Grange, la mano derecha de Mandela, que apenas podía tenerse en pie por la emoción.

La prensa considera humillante y vergonzoso que los abucheos al presidente Jacob Zuma arruinaran el funeral del martes en el Soccer City. La mayor parte de quienes abuchearon al presidente eran seguidores del populista de izquierdas Julius Malema, que busca arrebatarle el liderazgo del partido.

Ayer se supo que la casa del arzobispo Desmond Tutu en Ciudad del Cabo sufrió un robo, mientras asistía al funeral en Johannesburgo.