Bruselas dice a Escocia que, si se independiza, estará fuera de la UE

gabriel fraga LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El plan de secesión nacionalista prevé conservar la libra y seguir bajo la reina Isabel II

27 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Ante la mirada atenta de millones de escoceses, el ministro principal escocés presentó ayer en Glasgow su esperado Libro Blanco, la hoja de ruta que traza el camino hacia la independencia de Escocia. El documento intenta aclarar cómo sería el proceso de secesión, pero deja al descubierto un plan excesivamente optimista y que, en varios puntos esenciales, no supone un corte radical con el Reino Unido como ponen de manifiesto dos ejemplos: el nuevo país conservaría la libra esterlina como moneda y mantendría a la reina Isabel II como jefa de Estado.

«Este es el proyecto más completo y sensible que nunca se haya publicado para un país independiente, no simplemente para Escocia, sino para cualquier nación con miras a la independencia», aseguró Salmond, que plantea para el nuevo país un sistema de corte social opuesto a la tradición thatcherista anglosajona. «No buscamos independencia como un fin, sino como una herramienta para cambiar Escocia a mejor», añadió.

Salmond puso encima de la mesa todo su carisma para vender un proyecto del que depende su carrera política. Envolvió el evento en una nube de optimismo, prometió subir las pensiones y aumentar las ayudas para familias con niños menores de cuatro años. En un difícil momento para la economía, aseguró que no subirá los impuestos y que los salarios subirán al ritmo del coste de vida. También se comprometió a deshacerse de los misiles nucleares Trident, gestionados por la Royal Navy y emplazados en territorio escocés, en los primeros diez años de independencia.

Pero los puntos más conflictivos de su proyecto, tienen que ver con el plano económico, ya que pretende mantener la libra como moneda y al Banco de Inglaterra como entidad de préstamo de último recurso, algo que tendrá que negociar con Londres, donde no tiene muchas amistades. Además, Salmond espera que Escocia sea admitida automáticamente en la UE, un asunto que en Bruselas desechan por completo y que podría dejar a la todavía provincia británica aislada por completo del continente.

«Aquellos que voten sí descubrirán un minuto después que ya no serán miembros de la UE», dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, el español Joaquín Almunia, al ser preguntado por una eurodiputada en el Parlamento europeo.

Alistair Darling, encargado de la campaña para mantener a Escocia dentro del Reino Unido y exministro de Economía de Gordon Brown, tachó el documento de «obra de ficción, lleno de afirmaciones sin sentido alguno». Salmond aseguró, no obstante, que su intención es «seguir trabajando de modo constructivo» con el resto del Reino Unido.

«Abandonar el Reino Unido y mantener todas los beneficios de la unión es una fantasía. El documento está lleno de falsas promesas», apunto Darling, en una frase que, en otro contexto, también podría aplicarse a los planes de independencia de la Unión Europea por parte del Reino Unido que han sido incentivados por el Gobierno de Cameron.

El 18 de septiembre del 2014, cuatro millones de votantes escoceses tomarán una decisión en base al documento que ayer presentó Salmond. Todavía hay muchas preguntas en el aire, de ahí que el patriotismo se haya adueñado del debate secesionista escocés.

Alex Salmond presentó la hoja de ruta con la que espera convencer a los escoceses