Kerry garantiza que EE.UU. no se dejará engañar por Irán

victoria toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Terminan sin acuerdo las negociaciones sobre el programa nuclear iraní

11 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«No estamos ciegos y no creo que seamos estúpidos», dijo ayer John Kerry como respuesta a las dudas que el posible acuerdo con Irán ha suscitado en Israel y en otros países de la región. «Podemos medir de forma correcta si estamos actuando en interés no solo de nuestro país, sino también de nuestros aliados, particularmente de Israel y los Estados del golfo [pérsico]», aseguró el secretario de Estado norteamericano, una vez finalizadas, sin acuerdo, las conversaciones mantenidas en Ginebra, principalmente por la oposición de Francia.

A pesar de que no hubo consenso, todos los participantes en la conferencia: Estados Unidos, Alemania, China, Francia, Rusia, el Reino Unido e Irán aseguraron ayer que el pacto está muy cerca. La próxima reunión será el 20 de noviembre y en ella ya no participarán los ministros, sino enviados técnicos de cada país, que negociarán aspectos concretos del acuerdo. Un pacto que parece prácticamente cerrado si Israel y los Estados del golfo no lo impiden.

Porque ese es el escollo al que se enfrenta, la profunda desconfianza que genera en Israel y en algunos Estados árabes del golfo, sobre todo en Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Baréin. Washington ha multiplicado en los últimos días los esfuerzos para calmar a estos Gobiernos, pero no lo ha conseguido. Kerry se reunión con Netanyahu en Tel Aviv justo antes de volar a Ginebra el viernes. Posteriormente, el presidente Obama telefoneó al primer ministro israelí para calmar sus ánimos y ayer llegó a Israel una delegación estadounidense de alto nivel con el mismo propósito. Pero nada de ello ha hecho efecto en Benjamín Netanyahu, que ayer declaraba: «El acuerdo que se está gestando es malo y peligroso, no solo para nosotros, para todo Occidente». La queja de Netanyahu es que el pacto rebajará las sanciones sobre Irán a cambio de nada, por lo que este país podrá continuar, según el líder israelí, con su programa de desarrollo de armamento nuclear.

También Netanyahu hizo uso del teléfono el fin de semana y habló con los líderes de los países reunidos en Ginebra. «Les dije a todos: ¿Por qué tanta prisa? Y les pedí que esperaran», explicó. Irán se hizo eco de esta presión ejercida por Israel, y acusó a Francia de seguir los dictados de Tel Aviv.

Con sus palabras de ayer, Kerry intentó también despejar las dudas sobre el levantamiento de las sanciones. «El presidente Obama ha dejado claro que no va a cambiar la estructura central de las sanciones a Irán. El país seguirá bajo una enorme presión, precisamente para completar la tarea», argumentó.

Condiciones iraníes

Pero, por mucho que Kerry intente convencer de lo contrario, lo cierto es que indiscutiblemente Irán exigirá algunas condiciones que le beneficien en el acuerdo. Parece que lo que se negocia es la devolución a Teherán de 50.000 millones de dólares procedentes de ventas de petróleo que en la actualidad están congelados en cuentas bancarias extranjeras, además del permiso para volver a comerciar con metales preciosos y productos petroquímicos.

Las presiones tanto en un sentido como en otro van a continuar en los próximos días y se van a sentir sobre todo dentro de EE.?UU., donde Israel ya ha puesto su maquinaria a trabajar. Varios congresistas tanto republicanos como demócratas aparecieron ayer en entrevistas en televisión criticando con dureza el posible pacto. «Un acuerdo con Irán que no obligue a desmantelar completamente su programa nuclear servirá para crear otra Corea del Norte pero en Oriente Próximo», manifestó el senador republicano Lindsey Graham. Mientras, diversos analistas advertían de la posibilidad de que un acuerdo que no tenga el visto bueno de Israel lleve a este último a emprender un ataque militar unilateral contra Irán.