El escándalo de espionaje la NSA llega a la Santa Sede

Colpisa

INTERNACIONAL

La prensa italiana afirma que también el Papa y el Vaticano han sido espiados por Estados Unidos

30 oct 2013 . Actualizado a las 23:21 h.

En el escándalo de espionaje de la National Security Agency (NSA) de Estados Unidos entró también el Vaticano. Según el semanario italiano Panorama las 46 millones de llamadas que fueron registradas en Italia entre el 10 de diciembre del 2012 y el 8 de enero del 2013 incluyen comunicaciones de entrada y salida de la Santa Sede, así como de los teléfonos de cardenales residentes en Roma. Por tanto, estarían entre ellas las del entonces pontífice, Benedicto XVI. La revista afirma que las escuchas se extendieron hasta el inicio del cónclave, en marzo del 2013, y también afectaron a la residencia religiosa donde se alojó en los días previos el actual Papa, el argentino Jorge Mario Bergoglio.

Por fortuna para el Vaticano, en el cónclave están prohibidos los teléfonos y cualquier contacto con el exterior, lo que en teoría habrá evitado escuchas en los días decisivos. En todo caso ya se sabía por los cables de Wikileaks que los servicios de inteligencia norteamericanos prestaban atención a Bergoglio desde el anterior cónclave del 2005, donde fue rival de Ratzinger en las votaciones. Entre los asuntos que pueden haber interesado a la NSA también estaría el banco vaticano, el IOR, y el nombramiento de su actual presidente justo en vísperas del cónclave, el alemán Ernst Von Fryberg.

El Vaticano no dio importancia a la noticia. Su portavoz, Federico Lombardi, respondió con una frase sintética: «No tenemos constancia de nada y de todos modos no nos preocupa». Panorama, propiedad de Silvio Berlusconi, asegura que la NSA dividía las llamadas grabadas en cuatro categorías: Leadership intentions (planes de liderazgo), Threats to Financial System (amenazas al sistema financiero), Foreign Policy Objectives (objetivos de política exterior) y Human Rights (derechos humanos). El primer ministro italiano, Enrico Letta, comparecerá en el Parlamento dentro de dos semanas para dar explicaciones.