Bruselas deja la puerta abierta a nuevas tragedias en Lampedusa

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Los 28 evitan comprometer fondos y medios para frenar la inmigración

26 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La mayor decepción de la cumbre vino de la mano del debate sobre inmigración que quedó eclipsado por el escándalo del presunto espionaje masivo estadounidense. España e Italia, acompañadas por otros países del Sur, acudían esperanzados y con un ultimátum en la mano para que sus socios del Norte apoyasen de forma clara la puesta en marcha de medidas concretas para evitar nuevas tragedias como la de Lampedusa, donde 400 personas indocumentadas murieron tras hundirse su barcaza. Pero las conclusiones de la reunión en Bruselas han sido un jarro de agua fría.

Más allá de las declaraciones de intenciones y los pésames que repiten desde el mismo día que se dio a conocer el suceso, los líderes de la UE no han movido ficha. Ni han acordado fondos adicionales, ni han diseñado nuevas herramientas ni han puesto sobre la mesa un plan concreto de lucha contra el tráfico de personas en el Mediterráneo.

Como viene siendo habitual, los jefes de Estado de los 28 se limitaron a recordar que «deben llevarse a cabo acciones», que «hay que reforzar Frontex» y que «es crucial la puesta en marcha de Eurosur». La melodía se repite una y otra vez pese a la insistencia del Ejecutivo de Bruselas que pide a los líderes que se impliquen en un problema que atañe a todos. El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, evocaba ayer la tragedia de Lampedusa para pedir acciones inmediatas: «Después de lo que vi allí con mis propios ojos, es la hora de actuar. No podemos aceptar que mueran miles de personas en nuestras fronteras».

Rajoy, satisfecho

Mariano Rajoy reconocía al término de la cumbre que no se habían adoptado medidas efectivas e intentó salvar el tipo asegurando que «se están haciendo cosas». Resaltó también la importancia de que los socios europeos asumiesen que este tema compete a la UE en su conjunto y puso en valor el apoyo concedido a su propuesta de atajar el problema de raíz, fortaleciendo la cooperación con los países de origen y tránsito de inmigrantes: «La emigración debe ser una opción, no una obligación para sobrevivir», indicó.

Por su parte, el primer ministro italiano, Enrico Letta, se ha felicitado de que «finalmente» la Unión Europea haya asumido como un tema propio el problema de la inmigración y el «drama del Mediterráneo».

No se puede decir que haya grandes expectativas de cara a la cumbre de diciembre. Entonces, se abordará de nuevo el tema para hacer una revisión de lo que ha dado de sí la puesta en marcha de equipos especiales de cooperación y vigilancia en el arco Mediterráneo. Los líderes de la UE no quieren meterse en terrenos farragosos antes de las elecciones europeas de mayo del año que viene así que posponen a junio del 2014 la reunión especial sobre inmigración. Mientras llega la fecha, las mafias y el mar no darán tregua.