Malta lamenta que el Mediterráneo se convierta en un cementerio

María Signo ROMA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Alfano afirma que no hay necesidad de abolir la ley que penaliza la ayuda al inmigrante

13 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En medio de una situación alarmante en la que se suceden constantes llamadas de ayuda por parte de barcos cargados de prófugos que intentan atravesar el canal de Sicilia, se alzó ayer la voz del primer ministro de Malta, Joseph Muscat, contra la inacción de la Unión Europea ante la tragedia que tiene lugar cada día en las aguas del Mediterráneo. «No sé cuántas personas más tienen que morir antes de que se haga algo. Estamos construyendo un cementerio en el mar Mediterráneo», dijo en unas declaraciones a la BBC. «Nos sentimos abandonados por Europa», añadió.

Muscat se une así al primer ministro de Italia, Enrico Letta, para pedir ayudas urgentes a Bruselas y en una llamada al presidente del Consejo de Europa, Herman van Rompuy, amenazó con no levantarse de la mesa de la próxima cumbre europea «hasta que no se ofrezcan soluciones reales».

Hasta ahora Malta había rechazado acoger a los inmigrantes salvados en el Mediterráneo, de los que siempre se ha hecho cargo Italia. La operación de rescate del viernes fue una de las pocas realizadas con la colaboración de las marinas de ambos países. Gracias a la rapidez y a la buena coordinación, el número de víctimas se redujo a 34 muertos y se consiguió salvar a 206 personas, entre ellas una decena de niños. Las labores de búsqueda continuaban ayer, ya que los supervivientes afirman que en el barco iban 400 personas.

Los supervivientes, que dijeron ser sirios y palestinos, fueron repartidos entre Lampedusa y La Valeta, ya que Malta se comprometió a recoger a 143 inmigrantes, así como los cadáveres, dado que la isla siciliana se encuentra al borde del colapso. Entre los nueve supervivientes que fueron trasladados a Lampedusa en helicóptero dada su debilidad, estaba una familia con un bebé de nueve meses que perdió otro hijo de 3 años en el naufragio.

Los buques de la Marina italiana Lybra y Espero, que habían embarcado a los supervivientes del naufragio, socorrieron ayer por la mañana a otro barco con 87 personas a bordo que se encontraba en peligro. A estas se añadieron otras 183 personas, entre ellas 34 mujeres y 49 niños, que recibieron la ayuda de un barco de la Guardia Costera a una milla de Lampedusa.

Despenalización

La despenalización del delito de inmigración ilegal es el punto de discordia en el Gobierno italiano. Mientras que Letta prometió revisar la ley Bossi-Fini, su vicepresidente y ministro del Interior, Angelino Alfano, es un firme defensor de la ley. Alfano afirmó ayer que abolir la ley es «demagógico», porque así no «se salvarán los muertos», e insistió en la colaboración con los países del norte de África para «detener a los mercaderes de la muerte».

La eurocomisaria para Asuntos Internos, Cecilia Malmströn, urgió a la UE a reforzar la agencia europea de fronteras (Frontex) para coordinar las operaciones de salvamento en Mediterráneo y evitar tragedias como las vividas últimamente. Una familia logró salvar a su bebé de nueve meses, pero perdió a otro hijo de 3 años