El presidente italiano propone una amnistía para paliar la superpoblación de las cárceles

Efe

INTERNACIONAL

Las prisiones del país acogen a 17.000 presos más de lo que permite su capacidad

08 oct 2013 . Actualizado a las 20:04 h.

El presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, propuso hoy al Parlamento varias medidas, entre ellas, un indulto, que se pueda complementar con una amnistía, ante la superpoblación en sus cárceles, contra lo que ha fallado el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.

Con un discurso remitido a las Cámaras y leído de forma simultánea por sus presidentes, Laura Boldrini (Cámara de Diputados) y Piero Grasso (Senado), Napolitano hizo uso, por primera vez, de su potestad de instar al Parlamento a emprender una iniciativa legislativa para cumplir con el plazo que Estrasburgo ha dado a Italia para solucionar la cuestión, hasta el próximo mayo.

«La primera medida es el indulto, que, no incidiendo sobre el delito, sino sobre la duración de la pena de reclusión, puede aplicarse a varios tipos de delitos penales -a excepción de algunos particularmente horrorosos- (...) Y a la medida de indulto, podría añadirse una amnistía», propone el presidente de la República. «Considero que, para evitar peligrosas reincidencias, esta cuestión tenga que complementarse con medidas administrativas destinadas a la reinserción efectiva de los reclusos, que tendrían que estar acompañados en su recorrido de vuelta a la sociedad», añade.

Napolitano asegura que la combinación de una amnistía, que cancela el delito por el que se dictó una condena, e indulto, que suprime la pena de cárcel sin borrar el acto ilícito cometido, podría favorecer una reducción de la población carcelaria, que a finales del pasado mes era de 64.758 presos para una capacidad de 47.615. Desde 1953 a 1990 se han aprobado en Italia trece medidas de concesión de amnistía o amnistía más indulto, y desde entonces solo ha habido una ley de indulto, la de 2006, de la que se beneficiará el ex primer ministro Silvio Berlusconi para ver reducida la aplicación efectiva de su condena por fraude fiscal de 4 a 1 año.

Napolitano, quien considera que la situación de sus cárceles deja a Italia en una «posición humillante en el plano internacional» y lamenta la excesiva duración de los procesos judiciales, propone también al Parlamento que los presos extranjeros, que son cerca del 35 % del total, puedan cumplir sus condenas en sus países de origen.

El pasado 8 de enero el Tribunal de Estrasburgo dictó una sentencia, ratificada el pasado 28 de mayo, por la que instaba a Italia por un tratamiento inhumano y degradante de los presos, dado el exceso de ocupación de sus cárceles, a solucionar esta cuestión en el plazo de un año desde el pronunciamiento en firme. Ya en febrero de 2012 el Parlamento italiano aprobó una ley del Gobierno de Mario Monti que pretendía aliviar en parte esta situación, con medidas como que los presos puedan cumplir los últimos 18 meses en arresto domiciliario, frente a los 12 previstos hasta entonces, siempre que el juez lo considere adecuado y hayan superado las pruebas de buena conducta.