Hamburgo quiere repatriar a 300 sinpapeles que llegaron desde Italia

La Voz

INTERNACIONAL

06 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Son seres humanos, mirar hacia otro lado atenta contra nuestros valores»

La tragedia de Lampedusa parecía muy lejana hasta que el presidente de Alemania puso el dedo en la llaga. «Los que buscan ayuda son seres humanos, [...] especialmente vulnerables. Necesitan protección, y mirar hacia otro lado atenta contra nuestros valores europeos», dijo Joachim Gauck un día después de la catástrofe. Desde entonces, los diarios alemanes se vuelcan en editoriales acerca de si Alemania tiene derecho a seguir parapetándose (Spiegel) o columnas que recuerdan como los muertos de Lampedusa son los de toda Europa (Tagesspiegel).

De hecho, Lampedusa está muy cerca. A Hamburgo llegaron en abril 300 refugiados de origen libio, que habían recibido en Italia un visado temporal para la zona Schengen y 500 euros. El responsable de asuntos sociales de Hamburgo, Detlef Scheele, explica que la «única opción» ahora es repatriarlos, pues ha expirado el permiso. Ochenta han encontrado refugio en una iglesia y el resto sobrevive gracias a la ayuda de los vecinos. Se les conoce como «Lampedusa en Hamburgo», actúan unidos y tienen un portavoz.

La mayoría procede de Ghana, Mali o Costa de Marfil, pero se niegan a dar a conocer su identidad y reclaman un permiso de residencia. Las autoridades de Hamburgo, sin embargo, exigen que se registren individualmente para estudiar cada caso por separado. El responsable de derechos humanos del gobierno, Markus Löning, los visitó hace un mes para prometer que después de las elecciones se revisarían las leyes de asilo, «que necesitan reformas urgentes en lo que respecta a plazos de estancia y permisos de trabajo». A los demandantes de asilo no se les permite trabajar y se les aloja generalmente en barrios no necesariamente de ingresos altos, lo que acaba despertando muchas veces la animadversión de los vecinos.

El ministro del Interior, Hans-Peter Friedrich, sin embargo, prefiere poner el énfasis en la necesidad de castigar con mayor dureza a los traficantes. En una entrevista en el dominical Welt am Sonntag, que se publica hoy, exige compensar los déficits en el sistema de asilo de los 27, pero también mejorar su situación en los países de procedencia. «Europa tiene y puede ayudar», dice el socialcristiano. Friedrich asegura que Europa no se parapeta y recuerda que Alemania acoge al año casi 80.000 personas. Por supuesto, no son cifras que reflejen los refugiados que finalmente se quedan.