«Es hora de dejar los juegos políticos y de aprobar un presupuesto claro que evite el cierre del Gobierno», escribió la Casa Blanca a través de su cuenta oficial en la red social Twitter, cuando ya se alejaba la posibilidad de acuerdo.
Primer cierre desde 1995
Se trata del 18º cierre de la administración pública estadounidense desde 1976. El último precedente se remonta a la Presidencia de Bill Clinton. Entonces, el bloqueo presupuestario se prolongó entre el 5 de diciembre de 1995 y el 6 de enero de 1996.
Aunque, de momento, se desconoce la dimensión de las consecuencias del cierre del Gobierno, la Casa Blanca calcula que dejará en sus casas a 700.000 funcionarios y que costará unos 10.000 millones de dólares semanales a la economía estadounidense.
Desde el Gobierno han garantizado que no afectará a los servicios públicos esenciales. Obama ya ha firmado un proyecto de ley para garantizar los pagos a los miembros de las Fuerzas Armadas y, con ello, la seguridad del país.
En este contexto, la Casa Blanca, al formalizar el cierre del Gobierno, ha vuelto a instar al Congreso a «actuar rápidamente para proporcionar un puente a corto plazo que garantice el tiempo suficiente para aprobar un presupuesto para lo que queda de año fiscal».
Siguiendo este consejo, la Cámara de Representantes ha formalizado su petición de una «conferencia legislativa». El Senado la discutirá a las 9.30 hora local, pero Reid ya ha adelantado que, salvo cambios imprevistos, será rechazada.