Militares israelíes dirigen el rescate de los rehenes de Nairobi

nairobi / agencias

INTERNACIONAL

El número provisional de víctimas es de 68 muertos y 175 heridos

23 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Fuerzas especiales israelíes se sumaron ayer al Ejército y a la policía de Kenia para poner fin a la masacre del centro comercial Westgate, de Nairobi, tomado desde el sábado por el grupo terrorista islamista Al Shabab. La cifra provisional de muertos se eleva a 68, y la de heridos, a 175.

Según informaron fuentes del dispositivo de seguridad, a primera hora de la tarde de ayer, poco después de la entrada de los grupos de rescate se produjo un tiroteo en el interior. En ese momento se calculaba que había al menos 30 rehenes, de diez a quince atacantes y un número indeterminado de ciudadanos escondidos. Cuatro horas más tarde, se pudo oír una fuerte explosión en el centro comercial, la más potente de cuantas se han registrado desde que comenzó la ocupación del grupo terrorista. Al cierre de esta edición, el Ejército había controlado el sótano del edificio.

El tránsito de vehículos sanitarios entre el complejo comercial y el hospital de campaña, ubicado en un centro religioso próximo, se incrementó por momentos y los tres helicópteros que sobrevolaban la zona a muy baja altura se retiraron.

Sin embargo, tras unos minutos de agitación, volvió la calma, al menos en el exterior del recinto comercial, donde el Ejército keniano ha establecido un extenso perímetro de seguridad.

Entre las víctimas mortales se encuentra el sobrino del presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, y su prometida. Hay además dos ciudadanos canadienses, entre ellos la diplomática Annemarie Desloges, de 29 años; dos ciudadanos franceses; tres británicos; un australiano, un sudafricano, un peruano, una mujer china y otra holandesa. Según la información disponible, no hay españoles en el interior.

El ataque islamista comenzó a la una de la tarde (una hora menos en España) del sábado. El Gobierno estima que alrededor de una docena de miembros de Al Shabab irrumpieron en Westgate, frecuentado por kenianos adinerados y extranjeros, detonando una granada.

Clientes y trabajadores de los locales comerciales que consiguieron escapar relataron que, con los primeros tiros, la gente intentó escapar, pero que los atacantes avanzaban disparando al azar, dejando a su paso muchos cuerpos en charcos de sangre.

El ataque responde a las amenazas lanzadas por la milicia islamista Al Shabab, que ayer por la noche reivindicó el atentado a través de su cuenta de Twitter, que fue clausurada posteriormente. La milicia aseguró haber matado «a más de 100 infieles», y explicó que el atentado era una represalia por la presencia de tropas kenianas en la vecina Somalia. Los somalíes radicados en Nairobi temían ayer represalias populares.

El Gobierno keniano recibió numerosas muestras de solidaridad, entre ellas la de Barack Obama, quien telefoneó a Uhuru Kenyatta ofreciéndole su apoyo para llevar a los atacantes ante la Justicia.