Los analistas coinciden en que 2013 quizás sea pronto para que Die Linke llegue al poder. Pero ¿por qué no en el 2017? La canciller Angela Merkel, líder indiscutible con un 40 % de la intención de voto, pero que teme la abstención en sus filas, intenta movilizar a sus votantes en todos los mítines con la advertencia de que si no van a las urnas, «pueden despertarse el 23 de septiembre con la ingrata sorpresa de un gobierno formado por socialdemócratas, verdes y la Izquierda». Para estos últimos, todo un éxito que se hable en estos términos.