Australia gira a la derecha tras la debacle electoral laborista

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INTERNACIONAL

Abbott anuncia el fin de varios impuestos y recortes en el gasto estatal

08 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Tras seis años de Gobierno laborista, Australia dio ayer un giro conservador a su Parlamento tras infligir en la urnas la peor derrota en ocho décadas del partido del primer ministro Kevin Rudd, lastrado por años de luchas internas. Rudd reconoció el triunfo del líder de la oposición Tony Abbott y anunció que abandonará el liderazgo laborista. En un Parlamento de 150 escaños, la coalición dominada por el Partido Liberal de Abbott ocupará 88 y los laboristas 56 (frente a los 71 que tenía), según datos preliminares de la Comisión Electoral.

«El Gobierno de Australia ha cambiado», dijo el primer ministro electo. Abbott, de 55 años, no quiere perder el tiempo. Lo primero que hará su coalición conservadora, según declaró ante sus seguidores, es eliminar el polémico impuesto sobre el CO2 y los gravámenes especiales a los megabeneficios de la industria del carbón y el hierro. «Australia volverá a ser ?amiga de la economía?», anunció. La industria de materias primas, que lo apoyó durante la campaña, se frota las manos.

Fiel católico y exaspirante a sacerdote, Abbott presentó un programa profundamente conservador: menos impuestos, menos gasto estatal, no al matrimonio homosexual y no a la inmigración ilegal. El futuro jefe de Gobierno, que se describe como un «nacionalista pragmático», señaló que recortará la ayuda al desarrollo y los empleos públicos. También aplicará la tijera en el ambicioso programa de llevar la banda ancha a todos los hogares: cada usuario deberá pagar por el último tramo.

Al mismo tiempo, apuntó a la ampliación de puertos y minas y a que, por primera vez, las madres tendrán un permiso remunerado de seis meses.

Tras años de ser tildado de escéptico en materia de cambio climático, ahora acepta oficialmente la postura de los científicos. No obstante, solo impulsará a la reducción de gases contaminantes con incentivos a empresarios. La cuestión es de especial interés, pues debido a su enorme industria del carbón, Australia es uno de los mayores contaminantes per cápita.

Crecimiento sostenido

La economía australiana crece ininterrumpidamente desde hace 22 años y el desempleo es bajo, al igual que los intereses. En este sentido, el exmandatario laborista Bob Hawke expresó lo que muchos piensan: «Estas elecciones las ha perdido el Gobierno más que ganarlas la oposición».

Hasta hoy, Abbott no parecía haberse ganado del todo el corazón de sus votantes, pues los sondeos daban más popularidad a Rudd. Esto se debía, entre otras causas, a sus frecuentes meteduras de pata, por ejemplo respecto al papel de la mujer. Durante la campaña electoral, logró borrar las preocupaciones ante un posible cambio radical. Y afirmó que sus convicciones religiosas, como las relativas al aborto, no influían en su política. Para el politólogo Peter van Onselen, «su programa es impreciso, tímido y minimalista».