Siria: Más de un millón de niños han tenido que abandonar sus hogares por la guerra civil

Europa Press

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Reuters

Según Unicef, 768.000 tienen menos de 11 años de edad. La mayoría viven en algún tipo de asentamiento más o menos seguro

06 may 2014 . Actualizado a las 03:13 h.

El número de niños sirios que se han visto obligados a abandonar sus hogares a causa de la guerra civil ya ha alcanzado el millón, según han informado este viernes el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en un comunicado conjunto.

La agencias de la ONU han explicado que este millón de niños está identificado, ya que han ayudado a las familias, que en su mayoría viven en algún tipo de asentamiento más o menos seguro, a conseguir los certificados de nacimiento para evitar que se conviertan en personas sin Estado.

De acuerdo con sus cifras, del millón de niños sirios refugiados en otros países, 768.000 tienen menos de 11 años de edad, mientras que más de dos millones de niños sirios se han desplazado a nivel interno y unos 7.000 han muerto en una guerra civil cada vez más despiadada.

UNICEF y ACNUR han advertido de que, al margen de las consecuencias psicológicas, «los niños refugiados se enfrentan a peligros como la explotación sexual, los matrimonios y trabajos forzados y el tráfico de menores».

«No son solo números»

«No son solo números. Es una forma real de arrancar a los niños de sus hogares y, en algunos casos, de sus familias, enfrentándoles a horrores que solamente podemos empezar a comprender», ha dicho el director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake.

Lake ha considerado que «todos debemos compartir esta vergüenza porque mientras unos pocos trabajan para aliviar el sufrimiento de los afectados por esta crisis, la comunidad internacional ha fallado en su responsabilidad con los niños sirios». «Debemos parar y preguntarnos, en conciencia, cómo podemos seguir fallando a los niños sirios», ha instado.

En la misma línea, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Antonio Guterres, ha indicado que «lo que está en juego es nada menos que la supervivencia y el bienestar de una generación de inocentes». «Los niños sirios están perdiendo sus casas, sus familias y su futuro. Incluso después de cruzar la frontera están traumatizados y desesperanzados», ha alertado.

UNICEF y ACNUR han detallado que los niños constituyen la mitad de los sirios refugiados, la mayoría de los cuales se encuentran en Jordania, Líbano, Turquía, Egipto e Irak, aunque muchos empiezan a emigrar hacia el Norte de África y Europa.

AYUDA INTERNACIONAL

En este contexto, la organización internacional ha puesto en marcha «la mayor operación humanitaria en su historia, movilizando recursos para los millones de afectados» por el enfrentamiento entre el Gobierno de Bashar al Assad y la oposición armada.

«Por ejemplo, más de 1,3 millones de niños en campamentos para refugiados han sido vacunados contra el sarampión; más de 167.000 han recibido ayuda psicológica; y más de 118.000 han continuado con su educación», ha especificado.

«Pero todavía hay mucho que hacer», han dicho las agencias de la ONU. «El Plan Regional de Respuesta a los Refugiados Sirios, presupuestado con 3.000 millones de dólares para atender las necesidad básicas hasta el próximo mes de diciembre, solo ha recibido el 38 por ciento de los fondos», han denunciado.

UNICEF y ACNUR han explicado que hasta ahora han pedido a la comunidad internacional más de 5.000 millones de dólares «para alimentación, cuidados sanitarios, educación y otras necesidades básicas, pero se necesitan más recursos para crear redes fuertes de ayuda humanitaria para los refugiados sirios».

LLAMAMIENTO A LAS PARTES

En este contexto, la ONU ha insistido en que «mientras se intensifican los esfuerzos para encontrar una solución política a la crisis siria, las partes en conflicto deben cesar los ataques a civiles y, en especial, a los niños».

En concreto, ha recordado que «los niños y sus familias tienen que poder abandonar Siria con seguridad y para ello sus fronteras tienen que estar abiertas».

«Aquellos que fallen a la hora de asumir estas obligaciones, dimanantes del Derecho Humanitario, deben ser responsabilizados de sus acciones», ha sentenciado.