La presidenta argentina ha llamado a «repensar» el funcionamiento de los organismos internacionales para que se adapten a la «nueva realidad» y a los «nuevos problemas»
07 ago 2013 . Actualizado a las 00:01 h.La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha reiterado este martes ante Naciones Unidas la defensa de la soberanía sobre las islas Malvinas y ha asegurado que «no se trata de una postura caprichosa» de su Gobierno, abierto a «consensos».
«Simplemente decimos que queremos que se cumpla la resolución de Naciones Unidas y que ambos países nos sentemos a discutir», ha explicado la mandataria argentina durante un discurso en el Consejo de Seguridad de la ONU centrado en la cooperación entre organizaciones.
Argentina reivindica su soberanía sobre las Islas Malvinas desde 1833, cuando debería haberlas heredado de España. Reino Unido se las arrebató y expulsó a la población argentina que residía en el archipiélago, lo que marca el origen de una disputa que vivió su punto de mayor tensión en 1982. El 2 de abril de 1982, las Fuerzas Armadas argentinas invadieron el archipiélago para recuperarlo, dando lugar a una guerra de dos meses que se saldó con la muerte de 650 militares argentinos, 255 británicos y tres malvinenses.
Fernández de Kirchner ha insistido en que la reclamación de Argentina sobre las Malvinas «no se trata de una postura caprichosa», si bien ha matizado que no quería «introducir una polémica» en el debate del Consejo de Seguridad, al que ha asistido también el embajador de Reino Unido ante la ONU, Lyall Grant.
Repensar organismos
En otro orden de cosas, la presidenta argentina ha llamado a «repensar» el funcionamiento de los organismos internacionales para que se adapten a la «nueva realidad» y a los «nuevos problemas». El discurso de Fernández de Kirchner coincide con la presidencia que ejerce Argentina en el Consejo de Seguridad, principal órgano de toma de decisiones de la ONU.
«Hay que elaborar consensos», ha subrayado Fernández de Kirchner, que no ha ocultado su malestar por el derecho de veto del que siguen gozando cinco de los 15 países que componen el Consejo, en concreto Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia y China.