Hollande tira de discurso optimista en la Fiesta Nacional

parís / AGENCIAs

INTERNACIONAL

La mejora de la economía es el gran apoyo del presidente francés

15 jul 2013 . Actualizado a las 12:32 h.

En loor de multitudes que proporciona el recorrido en carro de combate por los Campos Elíseos a propósito de la Fiesta Nacional, el presidente de Francia, François Hollande, lanzó ayer al país un mensaje de optimismo sustentado en la recuperación económica y el regreso al crecimiento apenas dos días después de que la agencia de calificación Fitch retirara a Francia la nota máxima, la triple A, sobre su deuda.

En uno de los momentos más álgidos de su popularidad, el mandatario galo aprovechó la celebración para hacer un repaso de los asuntos que más acaparan la actualidad, y el económico sin duda lo es, a través de una entrevista televisada. En este sentido, aludió a aquellos indicadores que muestran un cambio de tendencia, como la producción industrial, el consumo o ciertos signos de mejora sobre el empleo.

Confirmó sus planes de creación de puestos de trabajo subvencionados para los jóvenes sin cualificación y la formación de 80.000 personas hasta finales de año para cubrir ofertas que demandan las empresas, para las que se diseña un programa de competitividad que reduzca las cotizaciones patronales.

En materia fiscal, Hollande se comprometió a no subir los impuestos «salvo si es absolutamente indispensable». Mantendrá los gastos para Defensa, si bien el recorte presupuestario está confirmado para el año próximo con una disminución «histórica», dijo.

Pero la verdadera transformación se producirá en el sistema de pensiones, sobre el que, a la vuelta de verano, se prevé una gran reforma. El principio de ese cambio será que el aumento de la esperanza de vida tiene que ir acompañado de un incremento del período de cotización, aunque no un aumento de la edad legal de jubilación, que ahora es de 62 años para la voluntaria y de 67 para la obligatoria.

Aunque el panorama económico acaparó la mayor parte de la intervención, François Hollande abordó la vertiente política de su país. Reconoció su inquietud por el ascenso del Frente Nacional, y puso el acento en la «extrema gravedad» de algunas de las propuestas de esta formación de la extrema derecha, como la salida del euro, el cierre de las fronteras o la expulsión de extranjeros.

Preguntado sobre la posibilidad de que algún día aparezca en Francia un partido islamista como existen en el norte de África o en Turquía, Hollande dijo que esa idea «no se corresponde» con la definición de la República francesa como Estado laico.

Y precisamente en relación a este asunto el presidente galo aludió a la intervención en Mali el pasado enero y dijo que «hemos vencido el terrorismo en ese país, pero no lo hemos hecho en todas partes», como lo muestra que algunos grupos se hayan instalado en Libia o en otros países.