Turquía amenaza con la intervención del Ejército para acabar con las protestas

Agencias

INTERNACIONAL

La policía turca ha levantado esta mañana la restricción de acceso a la plaza Taksim después de una noche que se ha saldado con 600 detenciones

17 jun 2013 . Actualizado a las 18:08 h.

El viceprimer ministro de Turquía, Bulent Arinc, ha reiterado hoy su respaldo a la actuación de la Policía en el desalojo de la plaza Taksim y el parque Gezi en Estambul y ha advertido de que sacará al Ejército a la calle si la situación se vuelve incontrolable. El Gobierno tiene el deber de «detener una protesta ilegal», ha declarado en una entrevista en televisión. «Aquí está la Policía, si no basta tenemos gendarmes y, si no, las Fuerzas Armadas», ha afirmado el «número dos» del Ejecutivo, según el periódico Hurriyet.

Arinc ha subrayado que «nadie debería tener queja de la Policía» y ha sugerido que quienes critican su actuación durante los últimos días son precisamente quienes intentan destruir las principales ciudades del país. En este sentido, considera que las concentraciones de las últimas dos semanas no tienen nada que ver que con las «manifestaciones inocentes» que comenzaron hace 20 días en protesta por la destrucción del parque Gezi.

En cualquier caso, y pese a las advertencias lanzadas por Arinc, la participación del Ejército en la represión de las manifestaciones parece improbable de momento. El ministro del Interior, Muammer Guler, ha aclarado que no hay ninguna decisión al respecto: «No he pedido el apoyo del Ejército». Sí lo ha sugerido, sin embargo Guler, aunque ha matizado que se trata de un procedimiento relativamente normal en este tipo de casos.

Dos importantes sindicatos turcos -la Confederación de Sindicatos Obreros Revolucionarios (DISK) y la Confederación de Sindicatos de Trabajadores Públicos (KESK)-, apoyados por tres colegios profesionales -médicos, dentistas, ingenieros y arquitectos- han iniciado hoy una huelga general contra la brutal represión de los mítines antigubernamentales, un nuevo desafío al primer ministro islamo-conservador Recep Tayyip Erdogan, que la víspera movilizó a miles de partidarios y justificó las intervenciones policiales.

El ministro del Interior ha declarado «ilegal» la huelga y advertido que cualquier manifestación será reprimida sin miramientos, después de un fin de semana marcado por enfrentamientos en varias ciudades que concluyó con más de 600 detenidos. «Hay tentativas de sacar a la gente a la calle para acciones ilegales como una huelga», pero las fuerzas de seguridad «no lo permitirán», ha indicado Güler en declaraciones a la prensa.

Esta mañana la policía levantó la prohibición de acceder a la plaza Taksim de Estambul, epicentro de las revueltas ciudadanas, que había sido clausurada tras el desalojo del pasado sábado. Según informa la cadena NTV, la Policía autorizó entrar en la plaza a los peatones a primera hora, aunque la circulación de vehículos sigue restringida. Taksim y el adyacente parque Gezi fueron desalojados en la tarde-noche del sábado mediante el uso de gas lacrimógeno y cañones de agua a presión. Desde entonces, la zona había estado aislada por un cordón policial. También volvió a ponerse en funcionamiento la estación de metro en la plaza, pero se mantiene acordonado el parque Gezi, al que no se permite acceder.

En esta zona verde, que albergó hasta el sábado un campamento de protestas, las máquinas excavadoras retiran hoy los restos de lo que durante 15 días fue una especie de pequeña ciudad autogestionada, con todo tipo de servicios ciudadanos, desde ambulatorios hasta emisoras de televisión. La huelga y las marchas convocadas hoy por dos sindicatos y tres colegios profesionales hacen prever que la tensión alrededor de la plaza Taksim puede volver a incrementarse durante la jornada.

Día de huelga tras una noche con más de 600 detenidos

Los enfrentamientos entre manifestantes y policía acabaron esta noche con más de 500 personas detenidas en toda Turquía, mientras que varios sindicatos turcos preparan para hoy un día de huelgas contra del gobierno. En Estambul, Ankara y varias otras ciudades del país eurasiático los manifestantes se enfrentaron hasta altas horas de la madrugada a las fuerzas del orden, tal y como informa la prensa local. Según el Colegio de Abogados de Estambul, solo en la metrópolis del Bósforo unas 390 personas fueron detenidas, mientras que en la capital, la policía arrestó a otras 150, asegura la versión electrónica del diario Hürriyet. El portal opositor de noticias Sendika agrega que policías vestidos de paisano participaron en Ankara en la represión con gases lacrimógenos y cañones de agua a presión, dejando al menos ocho personas heridas.

En Estambul, los detenidos, entre los que se cuenta un ciudadano británico y varios periodista turcos, fueron trasladados a la plaza de Taksim y encerrados en autobuses de la policía, asegura Hürriyet. La organización de derechos humanos Amnistía Internacional instó al Gobierno turco para que ponga fin a la incomunicación de los detenidos y les permita contactar a sus abogados. También en otras ciudades del país hubo violentos enfrentamientos como en Adana, en el sur del país, donde decenas de personas resultaron heridas y al menos dos fueron detenidas.

La ola de protestas que sacude Turquía desde hace más de dos semanas, tiene sus orígenes en el violento desalojo de una acampada pacífica contra la destrucción del parque Gezi, en el centro de Estambul. Desde entonces, al menos cuatro personas han muertos en todo el país en incidentes relacionados con las protestas, mientras que miles de manifestantes han resultado heridos y detenidos en la represión policial.

Presión europea

La presión sobre Erdogan llega también de sus vecinos europeos. La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, ha declarado hoy mismo que la represión es «demasiado dura». «Hubo imágenes terribles en las que se veía que se reaccionaba de forma demasiado dura, según mi punto de vista», ha indicado Merkel, al tiempo que pedía de nuevo a Turquía que respete la libertad de expresión.

«Lo que pasa actualmente en Turquía no corresponde para mí a nuestra concepción de la libertad de manifestación y expresión», elementos esenciales de «una sociedad desarrollada», ha agregado. Merkel ha expresado además su deseo de que la oposición «obtenga un espacio en la Turquía que entra en el siglo XXI» y que se llegue a una solución pacífica.