Con serruchos y pinzas estuvieron quitando durante veinte minutos pequeños trozos del tubo, hasta que se vio la cabeza del bebé, según las grabaciones en video transmitidas por la televisión. «¡Está vivo!», grita entonces alguien. El pequeño sufría falta de oxígeno y fue tratado de inmediato. Cuando pudieron abrir todo el caño, un médico aseguró: «¡Es un niño, es un niño!». Los pies ya estaban azules.
El bebé, de 30 centímetros, aún tenía el cordón umbilical y restos de la placenta. Sufrió arañazos en la cabeza y en los miembros. Toda la operación de rescate duró dos horas. Se cree que el niño no nació en el baño. La dueña de los apartamentos dijo que la mayoría de quienes alquilan trabajan en los restaurantes y fábricas aledañas y que apenas se conocen. Ella no tenía idea de que alguna inquilina estuviese embarazada, añadió al diario «Dushi Kuaibao». El caso generó un fuerte debate en las redes sociales, con condenas a la madre y ofertas para adoptar al bebé. En China no está socialmente aceptado que una mujer soltera dé a luz. Con la política de un solo hijo aprobada en China a finales de los 70, la preferencia tradicional por los varones provoca muchos abortos selectivos de niñas y a veces el abandono o venta de las pequeñas. Es menos común que sean abandonados los varones.