Las pistas de los presuntos terroristas de Canadá podrían llevar hasta Irán

DPA WASHINGTON

INTERNACIONAL

23 abr 2013 . Actualizado a las 22:06 h.

Sólo a primera vista podría parecer como en Boston: dos jóvenes simpáticos que, para sorpresa de sus vecinos, resultan ser terroristas. Pero ahí acaban los paralelismos.

Al parecer los detenidos en Toronto y Montreal estaban planenado el primer atentado de Al Qaida en la pacífica Canadá recibiendo órdenes de Irán, según informó la policía.

Un vecino en Toronto describió a uno de los detenidos como amable y comunicativo. «Si es el mismo hombre, no puedo creer que esté involucrado en algo así», explicó Max Salida a la revista canadiense Maclean's.

Pero al parecer el acusado, de 30 años, tenía dos caras. El joven, que presuntamente creció en Toronto en el seno de una familia palestina de raíces jordanas, tiene un amplio currículo delictivo.

Este empresario de éxito moderado ha sido acusado varias veces de fraude y otros delitos. Después de que sus padres regresaran a Jordania hace tres años, vendió su casa porque no la podía mantener.

Todo lo contrario que el segundo sospechoso, un ingeniero tunecino que era un investigador destacado en el «Institut National de la Recherche Scientifique» (INRS) de la Universidad de Quebec. Hasta el mes pasado, el científico que vive en Montreal estuvo escribiendo artículos sobre la investigación del sida para revistas especializadas.

Agentes de Canadá y Estados Unidos comenzaron a seguir a ambos detenidos en agosto del año pasado. Desde el principio, según aseguró el portavoz de la policía James Malizia, su pista conducía a Irán. A los expertos no les sorprendió esa conexión. A pesar de las diferencias, ya que la red terrorista de Al Qaeda es sunita y el régimen de Teherán es chiita, ambos tienen un interés común: hacer daño a Estados Unidos.

Desde los atentados en Estados Unidos en 2001, destacados líderes de Al Qaida han buscado refugio en Irán casi de forma desapercibida.

«Varios de sus miembros», señala la revista Foreign Affairs, «han suministrado a Pakistán reclutas y dinero de Cercano Oriente». Otros, como el destacado funcionario de Al Qaeda, Saif al-Adel, o Abu Mohammad al Masri, implicado en los atentados contra la embajada estadounidense en Kenia y Tanzania de 1998, utilizaron Irán para esconderse, asegura. Allí habrían planificado con calma sus estrategias para la red terrorista.

Según la revista, Teherán conoce su existencia. El gobierno puso a algunos bajo arresto domiciliario para no ofrecer a Estados Unidos algo sobre lo que atacar. «Lo que tal vez resulte más intranquilizador es el hecho de que Irán al parecer tiene previsto ampliar sus hasta ahora limitadas relaciones con Al Qaeda», dijo el politólogo del think tank RAND Seth Jones a la publicación.

Los expertos en terrorismo temen que Teherán esté intentando preparar acciones de venganza con la organización terrorista Hizbollah por un lado y con la red terrorista de Al Qaeda por otro, para el caso de un ataque israelí o estadounidense. A pesar de las profundas diferencias religiosas e ideológicas entre Irán y Al Qaida, con Estados Unidos tienen un adversario común.

El papel de Irán tendrá un papel destacado en la investigación, según señalan los expertos. Con el plan de atacar un tren de pasajeros que cubre la ruta entre Toronto y Nueva York, la red terrorista de Al Qaida habría perpetrado por primera vez un atentado en suelo canadiense.

Por otra parte, en el pasado Canadá sirvió de caldo de cultivo para terroristas internacionales. O tenían previsto atentar en el país o apoyaban a grupos en otros países. El caso más reciente fue la reciente toma de rehenes en una planta de gas en Argelia el año pasado. Dos de los terroristas eran de Canadá.