Según informa el diario Philly.com, la semana pasada los Schaible perdieron a otro hijo. Brandon, que tenía ocho meses, sufrió una diarrea y problemas respiratorios. Fue perdiendo la vida ante la inacción de sus padres, que se limitaron a rezar por su curación. Creían que era la mejor solución para los males del pequeño. Al menos eso declararon ante los investigadores, que les preguntaron por qué no habían llamado a un doctor o acudido a un hospital. Su respuesta, contundente y trágica: «Porque creemos que Dios quiere que le pidamos a él por su curación».
Tienen otros siete hijos
Herbert y Catherine tienen otros siete hijos, que han sido puestos bajo custodia de los servicios sociales. El juez que investiga el caso, Benjamin Lerner, ha decidido no arrestarlos por ahora. Considera que no son un peligro para la comunidad, pero sí para su familia. Aún no han sido acusados formalmente. Faltan los resultados de de la autopsia.