La presión militar minimiza los ataques de los piratas somalíes

Juan oliver REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Militares italianos de la fragata «San Giusto» capturan un esquife pirata en noviembre del 2012.
Militares italianos de la fragata «San Giusto» capturan un esquife pirata en noviembre del 2012. navfor< / span>

Desde enero del 2012 los secuestros se han reducido en un 80 %

24 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La presión militar de las fuerzas internacionales así como las medidas de seguridad a bordo adoptadas por los armadores de los buques que transitan por aguas próximas a Somalia han logrado reducir en alrededor de un 80 % los secuestros de piratas en esa zona, por la que se mueve buena parte de la flota española de atuneros congeladores que faenan en el océano Índico.

Así lo desvelan los datos de Navfor, que gestiona la operación Atalanta, el dispositivo desplegado por la Unión Europea contra la piratería somalí que se puso en marcha a finales del año 2009, y así lo confirman también los informes y estudios al respecto que elabora el observatorio sobre la piratería de la Oficina Marítima Internacional (OMI).

A lo largo del año 2012 y en lo que va del ejercicio del 2013, se registraron en el golfo de Adén y en las costas de Somalia un total de 38 ataques piratas, de los que solo cinco concluyeron finalmente con la captura del buque. En el año 2011 fueron 176 asaltos y 25 secuestros, por 174 ataques y 47 capturas del 2010, el peor año de la piratería somalí.

Sesenta rehenes

En la actualidad dos barcos permanecen en manos de los corsarios, que también retienen a sesenta rehenes, entre ellos a los diecisiete tripulantes de otros tres buques que se dan hoy prácticamente por perdidos, porque han sido abandonados. Se teme seriamente por la vida de esos tripulantes, pues permanecen secuestrados desde hace ya más de dos años.

Lo cierto es que desde hace nueve meses no se han producido nuevos secuestros. El último fue el del Smyrni, un moderno petrolero liberiano capturado el 10 de mayo del año pasado a unas 650 millas al noreste del cuerno de África, con veintiséis tripulantes a bordo y más de 135.000 toneladas de crudo en sus bodegas, con un valor estimado de unos 97 millones de euros en el mercado.

Según la Oficina Marítima Internacional, el descenso tanto de la actividad pirata como de los secuestros de buques puede atribuirse «a una combinación de factores», especialmente la presencia militar y las medidas de autoprotección en los barcos, pero también a «un mejor conocimiento de la situación del lugar» y «a una acción más eficaz en tierra por parte de las autoridades somalíes y la comunidad internacional».

De hecho, la OMI afirma que «la única solución a largo plazo a la piratería es establecer un Gobierno eficaz y aplicar el Estado de derecho» en Somalia, donde el Gobierno de Mogadiscio sigue sin mantener el control del territorio de las zonas de dominio pirata.