Hallan muerto en su casa de Londres al magnate ruso Boris Berezovski, crítico de Putin

Colpisa

INTERNACIONAL

El Kremlin asegura que el empresario pidió hace dos meses perdón al presidente en una carta en la que solicitaba regresar a su país

24 mar 2013 . Actualizado a las 03:04 h.

El multimillonario ruso, Boris Berezovski, que mantenía desde que se exilió en Reino Unido un pulso inmisericorde con el presidente Vladímir Putin, fue encontrado este sábado sin vida en su residencia londinense. Según su abogado, Alexánder Dobrovinski, Berezovski se suicidó, aunque ninguna otra fuente ha podido confirmar tal extremo. La muerte le sobrevino hacia el mediodía. Había cumplido 67 años el pasado mes de enero.

Berezovski, fue uno de los hombres más influyentes de Rusia durante la década de los 90. Matemático de formación, amasó una inmensa fortuna vendiendo vehículos y extendiendo sus negocios a otras áreas, incluida la de los medios de comunicación. Fue el principal accionista del canal de televisión ruso ORT. De él partió la idea de catapultar a Putin a la cúpula del Estado.

De origen judío, el empresario ruso, fue el cerebro de la llamada «familia», el entorno más inmediato del fallecido presidente, Borís Yeltsin. Paradójicamente, todo se torció en cuanto Putin llegó al poder. Los analistas de entonces sostenían que el presidente ruso se enemistó con él cuando Berezovski trató de seguir ejerciendo influencia sobre él. El multimillonario tuvo que exiliarse en Reino Unido en 2001, un año después de que Putin ganara sus primeras elecciones.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró al canal de televisión Rossía-24 horas que, hace un par de meses, «Berezovski le pidió perdón a Putin por los errores cometidos. Quería regresar a Rusia». Según Peskov, lo hizo a través de una carta.

Sea o no cierto lo que asegura el portavoz presidencial, lo cierto es que el magnate era uno de los críticos más recalcitrantes que tenía el jefe del Estado. Nada más abandonar Rusia, concedió una entrevista desde Nueva York a la cadena de televisión rusa NTV en la que acusaba a Putin de pretender «hacer regresar el país al pasado», «violar la Constitución», «establecer un régimen de poder personal» y «llevar a cabo una guerra étnica en Chechenia sin ningún futuro».