Ya en 2006, el Gobierno de centroizquierda de Romano Prodi que salió de las urnas vivió una situación inestable (duró solo cerca dos años), con un Senado en el que tenía mayoría gracias al apoyo de los senadores vitalicios.
Ante esta situación de ingobernabilidad, uno de los escenarios que más temían los socios europeos de Italia, la tercera economía de la zona euro, hay voces de distintos frentes políticos que apuntan ya a la posibilidad de formar un Gobierno de unidad nacional para reformar el sistema electoral y volver después a las urnas.
En la Cámara de los Diputados, por el contrario, Bersani obtiene una mayoría clara con el centroizquierda, gracias al sistema de reparto en términos del conjunto del Estado del premio a la coalición más votada, que, con casi el 85 % de los votos escrutados, alcanza el 30,06 % de los sufragios.
Por detrás en la Cámara Baja quedan el centroderecha de Berlusconi con el 28,71 %; el Movimiento 5 Estrellas de Grillo, que en sus primeras elecciones legislativas obtiene por sí solo el 25,41 % de los sufragios, y la coalición de Monti, con el 10,61 % de los apoyos.