Hombre sumamente reservado, y eminencia de la medicina interna en España, José Luis García Sabrido (Madrid, 1941) ha tenido la responsabilidad de prolongar, desde el 2006, la vida del exjefe de Estado cubano, Fidel Castro, y a través de este, la de Hugo Chávez, su discípulo político. Entre los pacientes que pasaron por sus manos están Mariano Rajoy (hernia inguinal), Raúl Castro, la esposa de este y el bailarín Antonio Gades, según El Mundo.
García Sabrido, jefe de Cirugía General III en el hospital Gregorio Marañón de Madrid, lleva más de 30 años en esa institución de salud pública.
Ha estado al frente del equipo que tiene en sus manos la salud de Chávez, junto con dos galenos venezolanos de origen judío, médicos cubanos y de brasileños del hospital Sirio-Libanés de São Paulo, desde que el presidente venezolano fue diagnosticado con cáncer a comienzos de junio del 2011.
Permanece en secreto, sin embargo, si García Sabrido fue llamado por Castro para atender a Chávez cuando este recaló en La Habana sintiéndose mal luego de una gira internacional, o ya estaba en la capital cubana atendiendo al dictador cubano.
El médico es sumamente discreto, y antes de que se hiciera pública su atención a Castro, no tenía sino tres referencias en Internet. Ahora se cuentan por miles. Solo ha ofrecido una rueda de prensa en su vida, para desmentir que el mandatario cubano tuviera cáncer, y lo hizo a instancias del Gobierno antillano. No concede entrevistas y da plantón a los periodistas que lo abordan a la salida del hospital.
Alto y de bigote, casado en segundas nupcias con una azafata de televisión, García Sabrido es también un competente corredor de fondo, incluso a su edad.
Al parecer, cada seis meses viajaba a Cuba a atender a Castro, y ahora, con muchísima más frecuencia, a Chávez, y que para los viajes tiene a su disposición un avión privado que lo traslada entre Madrid y La Habana.