Berlusconi promete que pagará por que le voten

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INTERNACIONAL

Asegura que devolverá el impuesto sobre vivienda, redoblado en 2012, y corona su escalada de golpes de efecto mediáticos

05 feb 2013 . Actualizado a las 00:46 h.

Berlusconi culminó el domingo su escalada de promesas y efectos publicitarios para las elecciones en Italia del día 24 superándose a sí mismo. Si el último día de campaña en el 2008 anunció que suprimiría el impuesto sobre la vivienda, uno de los más odiados por los italianos, aseguró que devolvería el importe del 2012, que se ha redoblado y ha sido uno de los peores golpes al bolsillo asestados por el Gobierno técnico de Mario Monti. «Las familias serán reembolsadas en contante y por primera vez sonreirán al recibir una carta de Hacienda», proclamó.

Dice Berlusconi que sacará los 4.000 millones que costará esto de un próximo acuerdo con Suiza para tasar las actividades financieras en ese país de ciudadanos italianos. Los economistas, por no hablar de la oposición, que le tacha de «encantador de serpientes», aseguraron que es irrealizable. El más duro fue Mario Monti: «No es la primera vez que alguien intenta comprar el voto de los italianos. Achile Lauro (alcalde de Nápoles) prometía un kilo de pasta, o daba un zapato y prometía el otro tras el voto. Intenta comprar el voto de los italianos con el dinero de los propios italianos, con el agujero que ha dejado él mismo».

Berlusconi es famoso por vender la moto en cada cita electoral, pero lo cierto es que es el único con el poder de estimular el optimismo del votante. Ahora ha repetido algunos de sus mantras de los últimos años: cortar el coste de la política, reducir los parlamentarios, acabar con la financiación pública de los partidos, eliminar impuestos a las empresas, no subir el IVA,... Además de señalar el escándalo del banco Monte dei Paschi di Siena (MPS), que está sembrando dudas sobre el saneamiento de la banca italiana, The Wall Street Journal atribuyó la subida de la prima de riesgo italiana a un posible triunfo del magnate con promesas así.

El goteo de golpes de efecto es un manual de márketing político. Después de pasar un año escondido tras caer su Gobierno en noviembre del 2011, simulando que se retiraba para hacer olvidar su gestión, anunció que regresaba obligado por las circunstancias el 6 de diciembre. Su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), estaba hundido en los sondeos en un 12%-14% y bastó su anuncio para subir el pronóstico. Berlusconi empezó la campaña dejándose ver con una novia oficial, tras su divorcio y el escándalo del bunga bunga. Siguió una invasión mediática diaria con frases y tonterías de impacto. Llegó a ir al programa del periodista más hostil a él, Michele Santoro, y toreó divinamente. Luego echó de las listas a algunos de sus parlamentarios más impresentables, abonados a la impunidad del escaño, aunque dejó a muchos otros.

El día de la Memoria del Holocausto elogió a Mussolini, un guiño al elector facha. Luego fichó a Balotelli para el Milan. Frase mágica: «Marcó dos goles a Alemania en la Eurocopa e hizo llorar a los alemanes, mientras Monti aquí hace llorar a los italianos». El chico hizo dos goles el domingo y ya se habla de la gran remontada del Milan. Como la suya.

¿Alguien puede creerse a Berlusconi a estas alturas? Los sondeos le sitúan ahora a una distancia de entre cinco y diez puntos del Partido Demócrata (PD), de Pierluigi Bersani. La mejor campaña, como siempre, la está haciendo 'Il Cavaliere'.