Los presidentes de Uruguay, José Mujica, y de Bolivia, Evo Morales, viajan hoy a la capital venezolana a convalidar la «juramentación popular» que en ausencia del enfermo presidente Hugo Chávez se realizará para que este tome, simbólicamente, posesión de su tercer mandato.
El movimiento político del mandatario está convocando hoy a la capital, y los funcionarios del Estado están siendo «invitados» a que participen en los actos, en los que también estarán presentes los cancilleres de Ecuador, Ricardo Patiño, y el vicpresidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, quien arribó a Caracas en el avión presidencial venezolano y fue recibido con honores equivalentes a los de un jefe de Estado.
Salvo estas cuatro excepciones, el resto del continente mira de reojo la ceremonia. El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, canceló su viaje, y Brasil, el otro principal socio de Venezuela en la región, no tendrá representante. Solo los más cercanos aliados ideológicos del Gobierno de Chávez participarán en el acto. Argentina envía a su canciller, Héctor Timerman. Y también fue invitado el expresidente de Paraguay, Fernando Lugo.
Por su parte, el peruano Ollanta Humala pidió ayer permiso al Congreso de su país para realizar una «visita de trabajo» entre los días 11 y 12 de este mes a La Habana.
Organismos Internacionales
Según el excandidato presidencial y líder opositor Henrique Capriles, la «juramentación popular» viola las leyes, y llamó a los presidentes latinoamericanos a «tener cuidado en convalidar con su presencia una violación de la Constitución».
La oposición, unida en la Mesa de la Unidad Democrática, envió comunicaciones a la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, señalando que la ausencia de Chávez y la falta de designación del presidente de la Asamblea como presidente interino, constituyen una violación de la Carta Democrática Interamericana. No han recibido respuesta aún de estos organismos.
Mientras, en Argentina, movimientos sociales y partidos políticos realizaron una manifestación frente a la Embajada de Venezuela, en Buenos Aires, en solidaridad con Chávez.