La ONU negocia con Siria un plan consesuado por EE.UU. y Rusia

Redacción / la voz

INTERNACIONAL

El papa Benedicto XVI pide una solución política para frenar la guerra

26 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Los opositores sirios en el exilio anunciaron ayer una nueva deserción en el régimen de Bachar al Asad: la del jefe de la Policía Militar, Abdelaziz al Shalal. Este anuncio coincidió con la visita a Damasco del mediador de la ONU, Lakhdar Brahimi, para intentar aplicar un plan para salir de la crisis consensuado entre EE.UU. y Rusia, en medio del agravamiento de la guerra.

La principal organización en el exilio, el Consejo Nacional Sirio, reveló en un comunicado que el general Abdelaziz al Shalal llegó ayer a Turquía tras unirse a las filas de los rebeldes, aunque el número dos del Ejército Libre Sirio (ELS), Malek Kurdi, negó en declaraciones a Efe que esté en territorio turco, aunque confirmó su deserción. «Se encuentra en un lugar seguro», dijo, sin dar más detalles.

Plan de transición

Después de su encuentro el lunes con el presidente Al Asad, Brahimi se reunión ayer con los grupos opositores tolerados por el régimen. Entre ellos el liderado por Hasán Abdel Azim, cercano a Rusia y que rechaza cualquier intervención militar extranjera en Siria. Poco ha salido a la luz del contenido de esta cita, aunque fuentes diplomáticas consultadas por Efe previamente habían adelantado que Brahimi trajo una propuesta acordada con Washington y Moscú durante un encuentro en Ginebra la semana pasada.

Esa iniciativa contempla la formación de un Gobierno transitorio compuesto por ministros que no pertenezcan ni a la confesión alauí, que profesa el presidente, ni a los suníes radicales. Además, estipula que Al Asad siga en el poder hasta la segunda mitad del 2013 pero sin que tenga derecho a presentarse a las elecciones presidenciales, previstas para el 2014.

La mediación de Brahimi irrita a los principales grupos insurgentes, entre ellos los Hermanos Musulmanes, que siguen rechazando cualquier solución que no pase por la salida inmediata de Al Asad.

En su mensaje por Navidad, el papa Benedicto XVI exhortó a los beligerantes sirios a hacer que «cese el derramamiento de sangre», a facilitar la ayuda a los desplazados y a alcanzar «una solución política al conflicto» que en más de 21 meses ha dejado unos 44.000 muertos. El Vaticano rechaza cualquier intervención militar que recuerde a lo que ocurrido en Irak o Libia.

Al término de su cumbre anual en Baréin, las monarquías del Golfo, dirigidas por dinastías suníes, alzaron ayer el tono contra Irán, su vecino chií, pidiéndole que ponga fin a sus injerencias, y abogaron por una transición política rápida en Siria, aliada de Teherán.

Según la ONU, el régimen no tiene voluntad alguna de negociar, y existen síntomas crecientes de una guerra sectaria. Los insurgentes anunciaron ayer la toma de control de la población de Harem, situada en Idlib y fronteriza con Turquía.