La sombra del escándalo del juicio del siglo en Brasil se proyecta otra vez sobre Lula

Eduardo Davis BRASILIA / EFE

INTERNACIONAL

Ha sido acusado por el principal condenado de haber avalado todo y de obtener «beneficios personales»

12 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La sombra del escándalo de corrupción que juzga el Tribunal Supremo de Brasil volvió a proyectarse ayer sobre el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien ha sido acusado por el principal condenado de haber avalado todo y de obtener «beneficios personales».

La figura de Lula, quien no está entre los 36 acusados del llamado «juicio del siglo», sobre corruptelas en su primer mandato, surgió después de que el periódico Estado de Sao Paulo publicara ayer una comprometedora declaración del publicista Marcos Valerio Fernandes, condenado a 40 años de cárcel.

Según el diario, Fernandes dijo a la Fiscalía que Lula no solo «sabía de todo» sino que además lo avaló y obtuvo beneficios económicos «personales» de los sobornos a congresistas. Aseguró que el Partido de los Trabajadores (PT) pagó 1,5 millones de euros que le cobró su abogado en el «juicio del siglo». Y añadió que fue amenazado de muerte por Paulo Okamoto, un hombre de Lula y director del instituto fundado por el expresidente en el 2011.

Asimismo, Fernandes declaró que recibió aval del PT para discutir con la firma Portugal Telecom una aportación de 5,3 millones de euros para esa formación, por lo que viajó a Lisboa en el 2005 para negociarlo.

El diario dice que Fernandes confesó que se reunía en el palacio presidencial con el exministro de la Presidencia José Dirceu y el entonces tesorero del PT Delubio Soares, ambos ya condenados, y que al menos en una ocasión estuvo en la sede del Gobierno con Lula, quien «le dio el ?ok? a las negociaciones».

Del mismo modo, asegura que en el 2003 hizo dos depósitos, uno de ellos de cerca de 49.000 euros en las cuentas de Freud Godoy, un antiguo empleado de seguridad de Lula, pero que ese dinero era para pagar «gastos personales» del exmandatario.

El asunto tuvo repercusión en París, donde están Lula y Dilma Rousseff. La mandataria brasileña participó con el francés Francois Hollande en un foro organizado por el Instituto Lula, pero no hicieron comentarios. Quien sí habló en París fue Okamoto, quien negó haber amenazado a Fernandes. El presidente del PT, Rui Falcao, rechazó las acusaciones y afirmó que no son más que «mentiras» que nacen de «alguien condenado y que intenta reducir sus penas con calumnias». La oposición, por su parte, pidió a la Fiscalía que investigue la responsabilidad de Lula.