Hugo Chávez: Maduro asume el mando del Gobierno por primera vez en ausencia del presidente

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

El presidente tomó juramento a Diego Molero como ministro de Defensa antes de irse a Cuba

04 ene 2013 . Actualizado a las 21:14 h.

Considerado hombre de confianza de los hermanos Castro, Nicolás Maduro, quien asumió temporalmente la jefatura de Estado de Venezuela ayer, tendrá que hacer valer su fama de negociador mientras se enfrenta a una delicada situación económica y a diversas facciones del chavismo en competencia.

Maduro, considerado el líder del ala civil del chavismo (en contraposición a la militar surgida del golpe de Estado que dio el presidente venezolano en 1992) es la primera persona que se hace cargo de la presidencia en ausencia de Hugo Chávez, en los 14 años que este lleva en el poder.

Chávez llegó ayer a La Habana para someterse a una intervención en la pelvis, donde tuvo cáncer en las dos ocasiones anteriores. Fue recibido por el jefe de Estado cubano, Raúl Castro. Su último acto de Gobierno fue tomar juramento al ministro de la Defensa, almirante Diego Molero, de declarada fidelidad a su proyecto político.

Chávez advirtió al mando militar contra eventuales planes desestabilizadores en su ausencia, aunque se mostró confiado en que deja el país en las «buenas manos». «El enemigo acecha desde fuera y desde dentro y cualquier circunstancia que ellos crean oportuna para lanzarse de nuevo como hienas contra la patria (...) y entregarla al imperialismo, no la van a desaprovechar», dijo.

De 50 años y exdirigente sindical del Metro de Caracas, Maduro ha ido ganando espacios en el Gobierno desde que asumió la Cancillería en el 2006. Como presidente de la unicameral Asamblea Nacional, se le reconocía talante abierto.

Además, se le identifica como el hombre más cercano a Fidel y Raúl Castro, a diferencia de Diosdado Cabello, líder del ala militar del chavismo, y actual presidente de la Asamblea Nacional. Falta por ver si puede congregar voluntades a su alrededor, fuera y dentro del oficialismo, en medio de una situación económica insostenible a pesar de los altos precios del petróleo.

«El país está paralizado, esperamos que [Maduro] tome las medidas necesarias, estamos dispuestos a toda la colaboración», dijo el presidente de la patronal Fedecámaras, Jorge Botti, ayer. El secretario general de la opositora Mesa de la Unidad Democrática, Ramón Guillermo Aveledo, también manifestó voluntad de diálogo.

Legitimación y carisma

En el propio chavismo la situación puede ser otra, señaló Nicmer Evans, politólogo partidario del oficialismo. Maduro «tendrá que legitimarse», opina. Lo mismo piensan en Antímano, una de las zonas más depauperadas de Caracas, donde Chávez arrasó en las elecciones de octubre. «A Chávez no hay como sustituirlo. El carisma no se puede decretar», señala María Freites, una de sus partidarias.