Una investigación del FBI condujo hasta la amante del general Petraeus

victoria toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

La novia es autora de una biografía del militar y podía tener acceso a su correo electrónico

11 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Washington amaneció ayer conmocionado por la noticia de la dimisión del general David Petraeus como director de la CIA, quien renunció a causa de una aventura extramatrimonial. Las alabanzas a Petraeus por su labor en el ejército y al frente de la CIA fueron inmediatas y desde todo el espectro político. Por ejemplo, la senadora demócrata Dianne Feinstein, que preside el Comité de Inteligencia del Senado, lamentaba que Obama hubiera aceptado la dimisión. Ese era también el sentir de muchos, pero los analistas explicaban por qué el presidente se había visto obligado a aceptar el abandono.

Para empezar está la forma en la que se desveló el secreto de la aventura que mantenía el jefe de la CIA con su biógrafa, Paula Broadwell. Fue una investigación del FBI que analizaba si la cuenta privada de correo electrónico del militar estaba siendo hackeada ya que, al parecer, Broadwell podía tener acceso a ella. Lo que descubrió el FBI con su investigación no fue a un Bradley Manning hurgando en los secretos, sino a una amante.

El problema de las aventuras extramatrimoniales en los círculos de inteligencia, cuando los cónyuges desconocen esos hechos, es que ofrece un riesgo en materia de contrainteligencia. Tanto el espía, o el jefe de los espías en este caso, como sus potenciales amantes, están en situación de ser sometidos a chantaje. Como resumía ayer la revista The Atlantic: lo de Petraeus «era más que una aventura; era un problema de seguridad».

Pero, además, otro hecho ha pesado en la decisión de Obama. Desde abril, cuando saltó la noticia de que varios escoltas habían tenido relaciones con prostitutas en Colombia durante un viaje del presidente, Washington impulsó que el servicio secreto investigara cuidadosamente las relaciones «potencialmente peligrosas» de sus miembros. En un contexto como ese hubiera sido muy criticado mantener a Petraeus en su puesto.

Hay otro asunto más que se mezcla con la dimisión de David Petraeus, la investigación sobre la actuación de la CIA en relación con el ataque al consulado de Bengasi.

La actuación del Gobierno de Obama ha sido muy criticada por los republicanos aunque la campaña electoral paralizó en cierto modo el desarrollo normal de las investigaciones sobre lo sucedido. Pero esas investigaciones han continuado y la semana próxima estaba prevista la comparecencia de David Petraeus ante un comité del Congreso. Este hecho puede haber pesado también en la decisión de Obama porque, de mantener a Petraeus, podría haber visto como se enturbiaba aún más un asunto que ya es muy complejo. El próximo jueves ya no será Petraeus quien testifique sino su sustituto temporal, Mike Morrel, hasta ahora subdirector de la CIA.