Una intensa ola de frío obliga a realojar a decenas de miles de personas en Nueva York

La Voz

INTERNACIONAL

05 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El frío que repentinamente llegó esta semana al nordeste de EE.?UU., la zona más afectada por el paso del huracán Sandy, está complicando mucho las tareas de recuperación. En áreas de Nueva York y Nueva Jersey todavía hay dos millones de hogares sin electricidad. Muchos de los habitantes de esas casas han buscado refugio en los centros de evacuación, pero otros, posiblemente decenas de miles, han permanecido en sus hogares. Las autoridades temen que esas personas, sobre todo ancianos y niños, no resistan sin calefacción las temperaturas bajo cero que habrá hoy. Por eso han hecho un llamamiento para que acudan a los refugios. «El frío es muy peligroso», alertó ayer Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York.

Esto supone otro problema en el estado de Nueva York. Hoy, lunes, los escolares vuelven al colegio, pero muchas de sus escuelas, sobre todo de secundaria, son, desde el lunes pasado, centros de evacuación. Este fin de semana las autoridades intentaban reubicar a los ciudadanos acogidos en ellas para dejar algunas escuelas funcionando exclusivamente como centros de acogida, pero algunos ya están saturados, con lo que a partir de hoy su situación será más complicada. En otros casos se pretendía que las escuelas funcionaran a la vez como centros académicos y como refugios, pero esa solución no parece muy eficaz. Los neoyorquinos se preguntaban cómo se va a resolver el problema. Con el paso del Katrina por Nueva Orleans, miles de ciudadanos de aquella ciudad debieron estar realojados muchos meses. Ahora la situación es menos dramática porque la mayoría de los que han necesitado alojamientos alternativos ha sido a causa de la falta de electricidad y, según las autoridades, el próximo día 11 se espera que todos la hayan recuperado.

Con el paso de los días se van conociendo más detalles sobre el efecto devastador de la tormenta. Afectó a un área de 1.600 kilómetros y causó la muerte de, al menos, 112 personas, 41 de ellas en la ciudad de Nueva York. Por el momento, la evaluación de daños los cifra en 50.000 millones de dólares.